No hay dudas de que la relación entre Marina Calabró y Rolando Barbano revolucionó por completo al mundo del espectáculo, y es que nadie esperaba este noviazgo. Si bien tuvieron varias idas y vueltas en el medio, y han protagonizado numerosos escándalos, hoy en día la pareja de periodistas se muestra más feliz que nunca.
La crisis más grande la tuvieron cuando Marina Calabró le dedicó su Martín Fierro a Rolando Barbano, gesto que sorprendió enormemente a todos los presentes. Pero el más sorprendido fue el propio periodista, que no hizo un gesto muy agradable al escucharla. Pero pudieron sobrepasar todo, y ahora hasta se dedican candentes comentarios en las redes sociales.
Pero no solo comparten un gran amor, sino que además van por el mismo camino periodístico, y es que ambos firmaron contrato para ser parte de la nueva faceta de A24. América apostó por una nueva era periodística y se llevó a las grandes figuras de sus cometidores, tales como Sergio Lapegüe, Eduardo Feinmann y Antonio Laje.
En vista de esta nueva era, Marina Calabró aceptar a reemplazar a Mariana Fabbiani en la conducción de DDM. Allí presentó a Soledad Largui, quien co-conducirá junto a Rolando Barbano su nuevo programa de policiales. Pero fueron los comentarios de la periodista al presentarla los que llamaron la atención. “¿Viene Sole Larghi? ¿Viene la pareja televisiva de mi Rolando Barbano? Estoy un poco celosa de Sole Larghi… debo decirlo”, disparó entre risas.
El dolor de Marina Calabró
Muy fuerte fue lo que expuso Marina Calabró tras el fallecimiento de Jorge Lanata: «Me recontra cuesta hablar de Jorge y creo que se me nota la incomodidad. Por eso cuando falleció, si bien me agarró afuera, decidí no dar notas. No por desplante a ningún colega, sino porque me pareció que era el momento para que hablaran sus realmente cercanos».
«Yo no era su amiga, fui su compañera de trabajo durante nueve temporadas y me dio un lugar con un lucimiento que pocos me han dado. Siempre será un antes y un después para mí. Me recontra duele su partida porque no hubo despedida. No nos pudimos despedir de Jorge porque un 14 de junio pasó lo que pasó y no lo vimos más. Creo que todavía no tengo digerida ni asumida su muerte porque es como si hubiera pasado, salía de todas», siguió.
«Yo también creía en el milagro, y sabía, porque hablé con algunos médicos, que Jorge no salía. Pero lo sabía racionalmente, íntimamente creía en la posibilidad del milagro. Es una interna familiar que nos excede a todos. Las hijas tienen derecho a vivirla y sentila cómo quieran, la entiendo a Elba que acaba de perder a su marido. Hay tanto ruido en el afuera y tantos intereses creados. Hay mucha subestimación a Jorge Lanata, es tratarlo de tonto. No se dio la posibilidad de ensamblar y no se puede juzgar a las partes», afirmó.
