Malena Galmarini, extitular de AySA y esposa del excandidato presidencial kirchnerista Sergio Massa, reapareció con un ataque contra Daniel Scioli, secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, por un video en el que se lo ve jugando al pádel mientras distintas regiones del país enfrentan incendios forestales. La dirigente, quien durante su paso por la gestión kirchnerista estuvo envuelta en múltiples escándalos y manejó AySA como si fuera un feudo propio, ahora busca instalarse como referente crítica dentro del peronismo.
Galmarini utilizó su cuenta de X para atacar a Scioli, señalando que en lugar de jugar al pádel, debería estar presionando a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para controlar el fuego en la Patagonia y Corrientes. “Tu pasión debería estar puesta en la gestión y en apretar a Patricia para que manejen el fuego”, escribió la dirigente, intentando mostrarse como una autoridad moral, a pesar de haber sido parte de uno de los gobiernos más corruptos y destructivos de la historia reciente.
La crisis ambiental en El Bolsón ya consumió 3300 hectáreas de bosque, mientras que en Neuquén y Corrientes el fuego sigue avanzando sin control. Sin embargo, la preocupación de Galmarini parece ser más bien su necesidad de mantenerse vigente dentro del kirchnerismo, que hoy atraviesa una crisis terminal tras la derrota de Massa en las elecciones presidenciales.
Hipocresía y oportunismo político
Lo que llama la atención no es su crítica a Scioli, sino la hipocresía de la propia Galmarini. Su gestión al frente de AySA estuvo marcada por irregularidades y manejo discrecional de fondos. En los últimos años, se dedicó más a perseguir periodistas y usar el organismo estatal con fines políticos que a mejorar el servicio de agua y saneamiento. Finalmente, con la victoria de Javier Milei en las presidenciales, vio derrumbadas todas sus aspiraciones.
Además, su repentino enojo por la inacción ante los incendios contrasta con la pasividad del kirchnerismo en situaciones similares. ¿Dónde estaba Galmarini cuando el gobierno de Alberto Fernández ignoraba los incendios en Corrientes en 2022? En ese momento, el peronismo no se inmutó por la tragedia ambiental y prefirió desviar la atención con relatos falaces.
La interna peronista al rojo vivo
El ataque de Galmarini no es más que una muestra de la feroz interna dentro del peronismo. Mientras el kirchnerismo busca desesperadamente un nuevo liderazgo, personajes como ella intentan reposicionarse, aunque sea a costa de otros dirigentes que alguna vez fueron de su propio espacio.
En este caso, eligió a Scioli como blanco, pero no por una verdadera preocupación ambiental, sino para mostrarse combativa y con peso político dentro de un movimiento que se desmorona. La realidad es que el peronismo ya no tiene rumbo, y la pelea entre dos figuras que formaron parte del mismo aparato corrupto es solo un intento desesperado por permanecer en la discusión pública.
La ciudadanía ya le dio la espalda a estos personajes en las elecciones. Galmarini y su esposo representan lo peor del kirchnerismo: oportunismo, negocios turbios y un desprecio absoluto por la gente. Ahora, sin poder ni influencia, solo les queda el show mediático para intentar seguir vigentes.