En un nuevo intento de deslindar responsabilidades sobre la crisis de inseguridad que azota a la Provincia de Buenos Aires, el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, culpó al presidente Javier Milei por el aumento del delito, asegurando que la devaluación de diciembre fue el detonante de un «pico de conflictividad» en las calles. Las declaraciones llegan en un contexto de fuerte tensión entre el gobernador Axel Kicillof y el Gobierno nacional, en medio de una escalada delictiva en el Conurbano que ha puesto en jaque la gestión provincial.
En diálogo con la radio kirchnerista Futurock, Alonso intentó justificar el crecimiento del delito en la provincia, asegurando que «la gran devaluación que hizo Milei en diciembre generó un pico de conflictividad en la calle«. Según el ministro, este impacto se vio reflejado en un aumento del 7% en los delitos durante 2024, con un alza en la sustracción de automotores y robos en la vía pública durante los meses de marzo y abril.
El relato vs. los hechos
Sin embargo, los datos que presenta Alonso contrastan con la realidad que se vive en las calles del Conurbano, donde la inseguridad ha sido una constante durante los gobiernos kirchneristas. De hecho, el propio ministro reconoció que la violencia en la interacción social «creció de manera importante», pero lejos de asumir la responsabilidad del gobierno provincial, prefirió apuntar contra la Nación.
Además, intentó maquillar la crisis con estadísticas favorables, destacando que los homicidios bajaron a 810 en 2024, comparado con los 2.700 de hace dos décadas. Pero esta afirmación ignora el contexto actual: en las últimas semanas, una serie de crímenes conmocionaron a la provincia, como el asesinato de Luca Aguilar, el repartidor de 19 años en Moreno, o el doble homicidio de Paloma Gallardo y Josué Salvatierra en Florencio Varela, dejando en evidencia la falta de respuestas por parte del gobierno de Kicillof.
Milei responde: “Kicillof es un inútil que protege delincuentes”
Ante el intento de Alonso de responsabilizar a la Casa Rosada por la ola de inseguridad, el presidente Milei no tardó en contestar. En una entrevista con Esteban Trebucq en LN+, calificó a Kicillof como un «inútil con visión a favor de los delincuentes», asegurando que «parece que todo el tiempo se empecina en darme la razón».
El mandatario además trazó un paralelismo entre la postura de Kicillof y la del exjuez Eugenio Zaffaroni, conocido por su enfoque garantista. «Él tiene una visión similar a la del juez Zaffaroni. Está a favor de los delincuentes. Y la gente responde a esos incentivos», lanzó Milei, dejando en claro su postura sobre la gestión de seguridad en la provincia más grande del país.
El kirchnerismo y su estrategia para victimizarse
Las declaraciones de Alonso también forman parte de una estrategia más amplia del kirchnerismo para presentarse como víctimas de una supuesta «campaña mediática» en su contra. El ministro de Kicillof aseguró que la inseguridad en la provincia está siendo exagerada por los medios con fines electorales, apuntando contra Milei por instalar la idea de un “baño de sangre en el Conurbano”.
Según Alonso, esta estrategia responde a un intento de deslegitimar la gestión de Kicillof de cara a las elecciones, asegurando que la idea de un «caos total» es una mentira impulsada por los medios afines al Gobierno nacional.
Sin embargo, los hechos desmienten este relato. La Provincia de Buenos Aires ha sido históricamente el epicentro del crimen organizado, la toma de tierras, las bandas de narcotráfico y la violencia cotidiana que afecta a los ciudadanos. La falta de inversión en seguridad, la crisis en la Policía Bonaerense y la ausencia de un plan serio para combatir el delito han convertido al Conurbano en un terreno fértil para la criminalidad, responsabilidad directa del gobierno provincial.
Un discurso que ya no convence
El intento de Kicillof y Alonso de desviar la atención de la realidad innegable de la inseguridad en la Provincia de Buenos Aires choca con los hechos. Mientras los bonaerenses siguen siendo rehenes de la violencia, el gobierno provincial prefiere buscar culpables en vez de asumir su responsabilidad.
Milei, en cambio, dejó en claro que la crisis de seguridad es producto de años de políticas garantistas que priorizaron a los delincuentes sobre los ciudadanos honestos, algo que se profundizó en la gestión de Kicillof.