A partir de las 00 del 1 de marzo, las estaciones de servicio de todo el país aplicarán un nuevo aumento a los precios de los combustibles. La variación será de 1,9% producto de un aumento al Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL), la inflación del mes de febrero y el precio del barril de petróleo crudo.
En las estaciones de servicio de Buenos Aires, el litro de nafta súper pasará de costar $1.151 a $1.174 aproximadamente; mientras que la nafta premium, que costaba $1.422, quedará en $1.450. Por su parte, el precio del litro de gasoil común pasará a ser de $1.193, y el de diésel premium será de $1.448.
El aumento se puede explicar por la suba del ICL aprobada por el Gobierno Nacional para «garantizar previsibilidad y desarrollo en el sector». «El Poder Ejecutivo nacional elevará un decreto mediante el Boletín Oficial para actualizar las tasas impositivas sobre combustibles líquidos y el dióxido de carbono, para la nafta sin plomo, nafta virgen y gasoil desde el 1 de marzo del corriente«, explicaron desde el Gobierno.
En un principio, el incremento del ICL equivaldría a una variación del 0,4% en el precio de los combustibles; mas, el precio estaría afectado por otros factores, como la inflación, que fue del 2,2% en enero, y el precio del barril crudo. Sumando todas las variables, estas nos dejarían un incremento promedio de 1,9%.
Estos aumentos, aunque pequeños, alimentan a la caída en la venta de combustible al público. En enero, las ventas cayeron un 4.9% en relación a diciembre de 2024 y 3% interanual, consolidando 14 meses consecutivos de bajada. En total, en enero se vendieron 1.422.211 metros cúbicos entre naftas y gasoil. De esta cifra, el 59% del total habría correspondido a la nafta, mostrando un leve incremento interanual del 1,6% en su consumo, principalmente impulsado por la nafta premium, cuyas ventas crecieron un 14%, mientras que la súper disminuyó 2,2%.
El otro 41% fue gasoil, con una caída del 8,9% interanual, según un informe de Politikon Chaco. Con sus precios actuales, Argentina se ubicaría como el cuarto país con el precio de nafta por litro más alto de Latinoamérica, utilizando como herramienta de medición el dólar oficial; aunque de tomarse el paralelo, el país caería al quinto puesto.