Connect with us

Hola, qué estás buscando?

SOCIEDAD

El Chardonnay de Nueva Zelanda busca imponerse en el mundo

No obstante el hecho de que el Sauvignon Blanc sea el vino de exportación más famoso de Nueva Zelanda, la calidad de su Chardonnay merece la misma atención.

Nueva Zelanda

Nueva Zelanda está tan asociada a la variedad Sauvignon Blanc que su éxito arrasador en realidad termina frustrando a muchos productores de vino del país, e incluso a aquellos que orgullosamente producen vinos de esa variedad. Puede parecer contradictorio, pero es posible entender la irritación siendo que existen tantas otras variedades por las que entusiasmarse, principalmente el Chardonnay, que es, en opinión de muchos expertos, el secreto mejor guardado de Nueva Zelanda.

El Sauvignon Blanc representa alrededor de nueve de cada diez botellas exportadas desde Nueva Zelanda y existen pocas evidencias de que la «burbuja» (si se la puede llamar de ese modo luego de dos décadas) esté a punto de estallar, con los mejores ejemplos contemporáneos exhibiendo más moderación que los primeros ejemplares cargados de grosella que supieron representar una verdadera revolución vinícola. El problema no es tanto el éxito del Savvy, como se conoce al Sauvignon Blanc en territorio oceánico, sino la sombra que proyecta sobre todo lo demás.

Para desarrollar entusiasmo por un estilo en particular de vino, ese estilo debe ser marcadamente accesible, y es precisamente en ese aspecto donde radica parte del problema: una búsqueda de “vino blanco de Nueva Zelanda” en el sitio web de una reconocida cadena de supermercados revela una desconcertante cantidad de 26 cuvées diferentes de Sauvignon Blanc entre las que se puede elegir, muchas de las cuales son sorprendentemente similares, en contraste con apenas dos sugerencias de Chardonnay. Incluso The Wine Society, con su gama inigualable, actualmente tiene una proporción de 17 a 9, Sauvignon sobre Chardonnay. Sin embargo, lo deseable sería lo inverso, ya que este último ofrece más interés y diversidad.

La huella del terroir

Hay una razón que justifica la omnipresencia del Chardonnay en todo el mundo. Es una variedad famosa por su maleabilidad y por ser la dúctil compañía del enólogo, ya que representa el terroir a miles de kilómetros de su hogar espiritual en Borgoña y goza de un éxito notable en Argentina y Australia. Sin embargo, posiblemente sea Nueva Zelanda donde brilla con más fuerza gracias al clima fresco y al largo tiempo de maduración, lo cual otorga a la variedad una particular sensación de vitalidad y concentración. En catas a ciegas, el Chardonnay de Nueva Zelanda ha superado de manera sistemática incluso a los ejemplares de Borgoña que cuestan varias veces más.

«La luz y el clima contribuyen a que sea frutado, pero no demasiado, y la acidez naturalmente brillante combinada con una concentración decente lo hacen adecuado para un estilo de vinificación de Borgoña. El hecho de que generalmente no sea la gallina de los huevos de oro también significa que la gente puede permitirse tomarlo en serio», declara el Master of Wine Alex Hunt, director de compras de Berkmann Wine Cellars e integrante del comité de jueces senior de IWSC. Destaca Marlborough, el epicentro del Sauvignon Blanc que ahora gana elogios para el Pinot Noir, como una región a tener en cuenta para el Chardonnay en los próximos años.

La maleabilidad de Chardonnay

Aunque el Chardonnay puede ser nuevo en el territorio neozelandés, la variedad ya goza de buen reconocimiento. Asimismo, la selección clonal juega un papel fundamental en la producción de vinos de clase mundial, como explica Steve Smith MW, enólogo jefe de Smith y Sheth.

«Una de las grandes herramientas con la que contamos ahora es que poseemos una colección de cuatro o cinco selecciones diferentes de Chardonnay que son muy complementarias entre sí. Por esa razón es posible plantar viñedos con múltiples clones, cada uno con un propósito, como el clon Mendoza, que tiende a tener mayor acidez y el clon 95 (un clon de Borgoña) que es menor. Al combinarse ambos, la acidez resulta perfecta, por lo que es factible hacer gran parte de la elaboración del vino que a partir de la selección clonal que se lleve a cabo».