Connect with us

Hola, qué estás buscando?

POLÍTICA

¿Quién empezó la pelea?: Jonatan Viale reveló parte del diálogo entre Santiago Caputo y Facundo Manes

Siguen apareciendo nuevas evidencias que dan por tierra a la versión presentada por el diputado radical.

Facundo Manes

El cruce entre Facundo Manes y Santiago Caputo, que tuvo lugar tras la Asamblea Legislativa en el Congreso, sigue generando repercusiones, pero con el correr de las horas comienzan a aparecer elementos que exponen el verdadero trasfondo de lo ocurrido. Mientras el diputado radical intenta instalar un relato en el que se presenta como víctima de una agresión, nuevas evidencias apuntan a que fue él quien inició la provocación con el objetivo de generar ruido mediático y obtener un beneficio político.

La secuencia se desató cuando Manes interrumpió el discurso de Javier Milei con una consigna cargada de intencionalidad política: «Lea la Constitución, Presidente». Desde el palco, Caputo observó la escena con evidente molestia, pero el verdadero enfrentamiento ocurrió después, en los pasillos del Congreso.

Según el propio Manes, Caputo lo abordó y le lanzó una advertencia: «Te voy a tirar todo el peso del Estado encima». Sin embargo, las imágenes de las cámaras de seguridad solo muestran un «tumulto», sin agresiones físicas evidentes, y ahora salió a la luz un audio que revela parte del intercambio real entre ambos.

El audio que desmiente a Manes

El periodista Jonatan Viale difundió este lunes un extracto de la conversación entre el diputado y el asesor presidencial. Allí se escucha a Manes iniciar el cruce con una frase desafiante: «Yo te conozco a vos, pero vos no me conocés a mí». A lo que Caputo responde con tono tajante: «Bueno, ahora me vas a conocer».

Luego, el legislador radical lo acusa de estar amenazándolo y, antes de alejarse, Caputo concluye con una frase despectiva pero sin gravedad: «Pero salí de acá, flaco».

El contexto muestra claramente que Manes buscó deliberadamente una reacción por parte de Caputo. Si bien la respuesta del asesor presidencial fue desmedida, es evidente que el radical provocó el episodio y ahora intenta explotarlo políticamente con el apoyo de los medios opositores, que presentan el recorte del diálogo de manera conveniente para afectar la imagen del Gobierno.

Un escándalo amplificado para la victimización política

Tras la confrontación, Manes corrió a denunciar públicamente que había sido amenazado y que llevaría el caso a la Justicia. Sin embargo, al ser consultado sobre supuestos golpes o empujones, minimizó esos hechos y prefirió enfocarse en las palabras de Caputo.

Mientras el radical buscaba instalar su versión, un grupo de diputados opositores de Unión por la Patria y la Izquierda acompañaron su reclamo pidiendo acceso a las cámaras de seguridad del Congreso. Sin embargo, desde la presidencia de la Cámara Baja confirmaron que las grabaciones solo muestran un «tumulto», sin ningún tipo de agresión visible.

Pese a esto, Manes reforzó su relato victimista en redes sociales: «No soy el primero al que patotean. Tampoco seré el último», escribió en X, intentando presentarse como un perseguido político.

Milei le baja el tono al conflicto

El presidente Milei también se refirió al episodio y desacreditó la versión del diputado radical: «Manes miente deliberadamente: dijo que le pegaron dos trompadas y fueron dos palmaditas en el pecho. Me sorprende que le den tanta entidad a una cosa tan marginal», expresó en una entrevista con La Nación+.

Además, el mandatario vinculó la polémica con una estrategia mediática para distraer la atención de los verdaderos debates políticos y subrayó que el escándalo de Manes y Caputo es un tema menor que no merece el nivel de cobertura que le están dando ciertos sectores de la prensa.

Manes, un político en busca de protagonismo

El trasfondo de este episodio es evidente: Manes, un dirigente que ha perdido peso político dentro del radicalismo y que hoy carece de un espacio de relevancia en la oposición, busca instalarse en la agenda pública a cualquier costo.

Algunos sectores lo consideran un «muerto político» que intenta resucitar con este tipo de maniobras mediáticas. Lejos de ser un acto de defensa de la institucionalidad, su accionar responde a una estrategia oportunista para ganar visibilidad y posicionarse dentro de una oposición que se encuentra fragmentada y sin liderazgo claro.