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POLÍTICA

El Gobierno nacional no cede ante la CGT y redobla la apuesta frente a los anuncios de paros: «Que paren todo lo que quieran»

Desde el entorno presidencial están convencidos de que la imagen de Javier Milei podría fortalecerse ante la «casta sindical».

CGT

El Gobierno nacional descartó cualquier posibilidad de negociación con la CGT tras el anuncio del paro general y consideró que la medida de fuerza beneficia políticamente al oficialismo. «Todo lo que haga la CGT nos conviene», aseguraron fuentes cercanas al presidente Javier Milei, reafirmando su postura de confrontación con la central sindical.

Desde la Casa Rosada sostienen que el descontento popular con la dirigencia gremial juega a favor del Ejecutivo y, por ello, no planean hacer concesiones para frenar la protesta. “Que paren todo lo que quieran”, desafían desde el entorno presidencial, convencidos de que la imagen de Milei podría fortalecerse en un nuevo enfrentamiento con «la casta sindical».

Un nuevo frente de conflicto con la CGT

El paro general se suma a un clima de creciente tensión política tras las protestas y disturbios ocurridos en el Congreso. Sin embargo, en Balcarce 50 aseguran que la medida sindical no genera preocupación. “Si ratifican el paro, está perfecto. No tenemos problemas en confrontarlos”, sostienen.

El Ejecutivo también recordó que la CGT organizó «el paro más rápido de la historia a un gobierno democrático», en referencia a la huelga realizada en enero. A pesar de la escalada del conflicto, fuentes oficiales aseguraron que no buscan dinamitar por completo el diálogo con el sindicalismo tradicional, en especial con los sectores liderados por Héctor Daer y Carlos Acuña.

Relaciones internas y presiones sindicales

En los últimos meses, el Gobierno había intentado mantener cierto equilibrio con la CGT, evitando choques directos con los gremios más moderados y permitiendo cierta negociación. Sin embargo, la ruptura con Pablo Moyano, quien llamó a cortar el diálogo con la Casa Rosada, marcó una fractura dentro del sindicalismo.

El Ejecutivo también realizó algunas concesiones a los gremios, como la postergación de proyectos para limitar las reelecciones indefinidas en los sindicatos y la morigeración de las penalidades por bloqueos a empresas. No obstante, la tensión en el sector sindical creció debido a los topes salariales en las paritarias y el impacto del acuerdo con el FMI en la actividad económica.

Un nuevo contexto político para la CGT

El anuncio del paro coincidió con la incorporación de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) a la CGT, en una movida que refuerza la presencia del dirigente social Juan Grabois en la central obrera.

El excandidato presidencial de Unión por la Patria admitió públicamente su deseo de que la administración de Milei fracase. En este contexto, el Gobierno interpreta la huelga como parte de una estrategia de sectores opositores que buscan erosionar su gestión.

Pese a las presiones internas dentro del sindicalismo y la creciente conflictividad social, el oficialismo mantiene su postura firme: no habrá concesiones y el enfrentamiento con la CGT seguirá siendo parte de su estrategia política.