La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ajustó al alza sus proyecciones sobre la economía argentina y prevé un crecimiento del 5,7% para 2025, un incremento de 2,1 puntos porcentuales respecto a su estimación anterior. Este nuevo pronóstico posiciona al país como la segunda economía con mayor crecimiento proyectado dentro del G20, solo detrás de India, que alcanzaría un 6,4%.
El informe interino de Perspectivas Económicas, publicado este lunes, destaca que Argentina experimentaría la mayor revisión positiva dentro del grupo de economías avanzadas y emergentes, en contraste con la tendencia general de ajustes a la baja en la mayoría de los países. Turquía, que también recibió una corrección al alza, se ubica en un distante segundo lugar con una mejora de cinco décimas en su previsión, alcanzando un 3,1% de crecimiento.
Reactivación tras la recesión de 2024
La OCDE proyecta que Argentina cerrará 2024 con una caída del 1,8% en su Producto Bruto Interno (PBI), consolidándose como una de las dos economías del G20 con contracción, junto con Alemania, que mostraría una retracción del 0,2%. Sin embargo, el informe anticipa que la recesión quedará atrás el próximo año, impulsando la actividad económica con una expansión que continuaría en 2026, cuando el crecimiento alcanzaría el 4,8%. Este último dato supone un aumento de un punto porcentual respecto a las previsiones de diciembre pasado.
Inflación: proyecciones y comparaciones
El organismo también realizó ajustes en sus proyecciones sobre la inflación argentina. Según el informe, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) promediaría un 117,8% en 2024, pero registraría una desaceleración significativa en 2025, con una caída hasta el 28,4%. Este ajuste supone una reducción de 1,4 puntos porcentuales respecto a las previsiones anteriores.
Para 2026, la OCDE estima que la inflación continuará en descenso hasta ubicarse en 24,8%, tres décimas por debajo de su proyección previa. Si estas cifras se concretan, Argentina dejaría de ser la economía con la inflación más alta del G20 en 2025, puesto que pasaría a ocupar Turquía, donde el índice de precios al consumidor alcanzaría el 31,4% ese mismo año.
Perspectiva económica global
El informe de la OCDE analiza además la situación económica mundial y señala que el crecimiento global se mantiene resiliente, con un desempeño sólido en economías como Estados Unidos y algunos mercados emergentes, incluido China. No obstante, recientes indicadores reflejan un enfriamiento de las expectativas de crecimiento, acompañado de un debilitamiento en la confianza empresarial y del consumidor.
El organismo prevé que el PBI global crecerá un 3,2% en 2024, con una leve desaceleración a 3,1% en 2025 y 3,0% en 2026. En Estados Unidos, se espera una moderación del crecimiento, con una proyección de 2,2% para el próximo año y 1,6% para el siguiente. En la zona euro, el avance del PBI sería más modesto, con un 1,0% en 2025 y 1,2% en 2026, afectado por la persistente incertidumbre económica. China, por su parte, registraría un crecimiento del 4,8% en 2024 y 4,4% en 2026, marcando una desaceleración gradual.
Inflación y riesgos económicos
El informe también aborda la evolución de la inflación a nivel global y advierte que, si bien se espera que continúe moderándose, los niveles seguirán siendo superiores a lo previsto anteriormente. En el G20, se proyecta una reducción de la inflación general del 3,8% en 2025 al 3,2% en 2026. Sin embargo, la inflación subyacente permanecería por encima de los objetivos de los bancos centrales en varias economías, incluida la de Estados Unidos.
Uno de los factores clave que influirán en el crecimiento global será la evolución de las políticas comerciales. La OCDE asume que los aranceles entre Estados Unidos y sus socios comerciales, como Canadá y México, se incrementarán en 25 puntos porcentuales, lo que podría afectar la actividad económica y la inflación. En caso de que estos aumentos sean menores o se limiten a determinados productos, el impacto sería menos pronunciado.
Entre los riesgos identificados, el informe señala el impacto de una mayor fragmentación económica a nivel mundial. El refuerzo de barreras comerciales podría afectar negativamente el crecimiento y elevar la inflación, mientras que un aumento inesperado de los precios podría llevar a políticas monetarias más restrictivas y generar turbulencias en los mercados financieros.
Factores de estabilidad y oportunidades de crecimiento
A pesar de los riesgos, la OCDE plantea posibles elementos de estabilidad y crecimiento. Una mayor previsibilidad en las políticas económicas reduciría la incertidumbre y podría fortalecer la actividad económica global. Del mismo modo, acuerdos para reducir aranceles y reformas estructurales más ambiciosas contribuirían a mejorar el desempeño de las economías.
El informe subraya además la importancia de mantener disciplina fiscal para garantizar la sostenibilidad de la deuda pública y permitir a los gobiernos responder ante eventuales crisis.
Por último, el organismo destaca el impacto positivo que podría generar la aceleración en la adopción de tecnologías de inteligencia artificial. Para maximizar sus beneficios en términos de productividad, recomienda que los gobiernos inviertan en infraestructura digital, fomenten mercados competitivos y promuevan oportunidades de capacitación para los trabajadores.