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POLÍTICA

El salario mínimo docente sigue rezagado: en CABA debería subir 72,6% para recuperar el poder adquisitivo de 2015

El salario mínimo docente fue fijado por el Gobierno de Javier Milei a la fuerza y no fue acordado con los gremios.

Docentes

El Gobierno nacional fijó por decreto el nuevo salario mínimo docente en $500.000, con un aumento del 19%, pero los datos muestran que la pérdida del poder adquisitivo sigue siendo profunda. Para que un maestro con 10 años de antigüedad de jornada simple (20 horas semanales) tenga el mismo poder de compra que en diciembre de 2015, su sueldo debería aumentar en promedio 30,9%.

Las cifras varían según la provincia. En Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, los docentes necesitarían un incremento del 72,6% para recuperar lo perdido en nueve años. En San Luis, la brecha es del 70,2%, mientras que en San Juan y Santa Cruz el aumento necesario sería del 61,5% y 60,6%, respectivamente.

Por su parte, hay provincias donde la pérdida fue menor. En Tucumán, los docentes necesitarían un 22,5% de aumento para igualar su ingreso real de 2015, mientras que en Corrientes haría falta un 11,2% y en La Pampa, apenas 1,8%.

La pelea de los docentes con el Gobierno de Javier Milei

La decisión del Gobierno de fijar unilateralmente este monto sin acuerdo con los sindicatos genera malestar en el sector educativo. En febrero, el Poder Ejecutivo había ofrecido esta misma cifra en el marco de la discusión paritaria, pero los gremios la rechazaron y convocaron a un paro docente en el inicio del ciclo lectivo 2025, denunciando que el aumento no alcanzaba para recuperar el poder adquisitivo perdido por la inflación.

El salario mínimo docente fijado por el Gobierno de Javier Milei no se negoció con los gremios, que en febrero ya habían rechazado este mismo monto por considerarlo insuficiente. La medida unilateral del Ejecutivo refuerza el malestar en el sector, que advierte sobre la posibilidad de nuevos paros y protestas en las próximas semanas.

Más allá de los aumentos nominales, los docentes siguen sufriendo una pérdida real de ingresos debido a la inflación. Mientras tanto, el Gobierno mantiene su estrategia de trasladar la responsabilidad de los aumentos salariales a las provincias, muchas de las cuales tienen dificultades fiscales para sostener la recomposición salarial que los docentes reclaman.

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