El paro general de la CGT de este jueves tuvo un alto nivel de adhesión y afectó especialmente al transporte, generando complicaciones para millas de personas durante su regreso a casa ni trenes, ni subtes. La huelga fue convocada por 24 horas en rechazo a las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei y sumó reclamos como paritarias libres , subas en las jubilaciones y reactivación de la obra pública.
Desde la medianoche, la medida se sintió con fuerza en todo el país. No hubo servicio de trenes ni subtes , lo que obligó a muchos a buscar alternativas para moverse. Aunque los colectivos circularon, lo hicieron con demoras y en varias zonas se formaron largas filas. La actividad comercial fue dispar, con muchos locales abiertos pero trabajando con personal reducido.
La CGT logró el respaldo de los gremios más importantes, incluidos los estatales, camioneros, bancarios, docentes y del sector salud. También acompañaron las dos Centrales de Trabajadores de la Argentina (CTA), lo que amplificó el alcance del paro. El único transporte urbano que mantuvo una prestación parcial fue el colectivo, debido a una conciliación obligatoria que limita el margen de acción del sindicato UTA.
“Así no es el camino” , expresó el dirigente Héctor Daer durante una manifestación de jubilados frente al Congreso. «Se socava el sustento social y el dinero no alcanza. El modelo económico actual solo cierra con caída de ingresos», añadió. Estas palabras reflejaron el malestar de una parte del sindicalismo que asegura que el ajuste provocó la pérdida de empleos y el desplome del consumo.
Qué servicios se vieron afectados por la huelga
Entre los sectores más perjudicados por el paro estuvieron los vuelos , ya que Aerolíneas Argentinas canceló más de 250 operaciones. También se paralizaron los puertos y el transporte de carga , interrumpiendo el movimiento de mercancías y diarios.
Los bancos no atendieron al público y solo operaron canales digitales. El correo postal , tanto público como privado, interrumpió la distribución, mientras que los repartidores de plataformas trabajaban con normalidad. En el sector educativo, CTERA y CONADU se sumaron a la protesta, por lo que no hubo clases en muchas escuelas y universidades.
En hospitales y centros de salud , la atención se reduce a guardias mínimas. También se interrumpió la recolección de residuos en la mayoría de las ciudades. Por su parte, el gremio de estaciones de servicio promovió la protesta, aunque algunos comercios mantuvieron atención parcial.
Sobre el final del día, los efectos del paro fueron claros: un transporte colapsado, calles con menor circulación y un fuerte mensaje de los gremios al Ejecutivo. El reclamo por paritarias libres y mejoras salariales quedó en el centro de la escena, mientras que desde el Gobierno aún no hubo respuesta directa.
El próximo paso será evaluar si esta medida logró abrir canales de diálogo o si se profundiza el conflicto. Por ahora, el paro general de la CGT dejó una postal contundente del malestar que atraviesa a amplios sectores del país.