Los supermercados mayoristas expresaron su rechazo a las nuevas listas de precios que enviaron esta semana las principales alimenticias del país. Tras el levantamiento del cepo y la puesta en marcha del nuevo esquema cambiario, algunas empresas aplicaron subas de hasta el 10%. Desde la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (Cadam) advirtieron que los aumentos son “injustificados” y llamaron a evitar “especulaciones”.
El pronunciamiento se sumó al rechazo expresado ayer por la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), que representa a las grandes cadenas. La tensión crece mientras el Gobierno celebra que algunas compañías comenzaron a retrotraer las subas. Esta mañana, el ministro de Economía, Luis Caputo, destacó que la firma Molinos “retrotrajo toda la suba de precios” tras las gestiones realizadas con supermercados.
“No hay fundamentos para remarcar”
“Expresamos nuestro rechazo a las listas de precios que están llegando con aumentos injustificados”, declaró Armando Farina, vicepresidente de Cadam. En su comunicado, afirmó que “la liberación del cepo no representa una devaluación”, y que muchas empresas ya operaban con tipos de cambio paralelos, como el MEP o el Contado con Liquidación, que incluso bajaron tras la modificación del dólar oficial.
Farina explicó que el nuevo régimen cambiario afecta principalmente a personas físicas, y que los argumentos para las remarcaciones no se sostienen. “Hacemos un llamado a la responsabilidad de todos los proveedores del mercado para evitar distorsiones y especulaciones que sólo generan incertidumbre y afectan el normal funcionamiento del comercio”, subrayó.
“El verdadero problema no es el dólar, son los impuestos”
Desde el sector mayorista pusieron el foco también en los “costos ocultos” que se acumulan en la cadena comercial y terminan encareciendo los productos. “El verdadero problema de la economía no es el dólar, sino los impuestos, especialmente los distorsivos como Ingresos Brutos y las tasas municipales”, afirmaron.
En ese sentido, Cadam cuestionó las cargas impositivas acumuladas a lo largo de la cadena de valor: “El precio final de una botella de vino o un corte de carne incluye una serie de aportes y contribuciones obligatorias y ‘solidarias’ que se recaudan desde hace décadas”.
Entre esos costos, señalaron el aporte obligatorio al Instituto Argentino de Capacitación Profesional y Tecnológica para el Comercio (Inacap) —que el Gobierno decidió retrotraer—, los seguros, y los aportes sindicales que elevan artificialmente los precios.
Apoyo oficial al rechazo de las remarcaciones
Desde el Ministerio de Economía y la Secretaría de Comercio respaldaron abiertamente la decisión de los supermercados de no convalidar los aumentos. Ayer, Caputo ya había resaltado el rechazo a listas de precios con incrementos de hasta el 12% enviadas por empresas como Unilever y Molinos.
“No hay motivo, ni cambiario ni tributario, que justifique el aumento en las listas de precios que algunos pretenden imponer”, sostuvo Fernando Blanco Muiño, subsecretario de Defensa del Consumidor. “En el gobierno de Javier Milei no hay lugar para oportunistas”, sentenció.
Por su parte, desde ASU también salieron a ratificar su postura: “Queremos comunicarle a la sociedad nuestro firme propósito de no aceptar listas de precios de nuestros proveedores que contengan aumentos desmedidos y/o especulativos. Reiteramos que nuestro objetivo es hacer llegar al público productos de la máxima calidad y al mejor precio”, concluyeron.