A pesar de no haber participado de los ritos del Viernes Santo debido a su todavía delicado estado de salud, el Papa Francisco publicó el tradicional Vía Crucis con sus meditaciones actuales. El Sumo Pontífice denunció «un mundo hecho trizas que necesita de lágrimas sinceras«.
El tradicional Vía Crucis se realizó en el Coliseo y contó con el acompañamiento de miles de fieles y turistas que acudieron con sus antorchas. Debido a las secuelas que le dejó la neumonía que amenazó con su vida, Francisco no pudo presidir la celebración, en su lugar lo hizo el cardenal vicario de Roma, Baldo Reina, quien se encargó de cargar con la cruz en la última estación. Este fue el tercer año consecutivo en que el Papa no puede encabezar el rito debido a su fragilidad pulmonar y para evitar exponerse al frío de la noche romana.
A pesar de estas dificultades, el argentino se hizo presente a través de las meditaciones que acompañaron el rito que narra el camino de Jesucristo a su crucifixión. En sus oraciones manifestó nuevamente su descontento con el estado de la política internacional y repudió la «economía deshumanizadora». «La economía de Dios no mata, no descarta, no aplasta; es humilde, fiel a la tierra«, expresó.
En el camino de la cruz nuestro rostro, como el tuyo, puede volverse finalmente resplandeciente y derramar bendiciones. Has grabado en nosotros la memoria, presentimiento de tu regreso, cuando nos reconocerás con la primera mirada, uno a uno. #ViaCrucis https://t.co/IYqtuAe33f
— Papa Francisco (@Pontifex_es) April 18, 2025
«Deshumana es la economía en la que noventa y nueve valen más que uno. Sin embargo, hemos construido un mundo que funciona de ese modo: un mundo de cálculos y algoritmos, de frías lógicas e intereses implacables», lamentó Francisco y luego contrapuso: «La ley de tu casa, economía divina, es otra, Señor. Volvernos a ti, que caes y te levantes, es un cambio de ruta y un cambio de paso. Conversión que devuelve alegría y nos lleva a casa«.
Francisco también se perdió de las celebraciones del Jueves Santo
Además del Vía Crucis, el Sumo Pontífice tampoco pudo participar de la misa Crismal del Jueves Santo, aunque la homilía que se leyó durante la misma fue redactada por el argentino. «La cosecha de Dios es para todos: un campo vivo donde crece cien veces más de aquello que fue sembrado«, leyó el cardenal Domenico Calcagno.
Más tarde, el Papa visitó la cárcel Regina Coeli en Roma para encontrarse con 70 reclusos, sin embargo, no pudo realizar el tradicional lavado de pies. «Este año no puedo hacerlo, pero si puedo y quiero estar cerca de ustedes», dijo a los reclusos que participan regularmente de las actividades y catequesis organizadas por el capellán del Instituto.