El ciclo de Ramón Díaz en Corinthians llegó a su fin de manera inesperada. Aunque el entrenador argentino había logrado levantar el Campeonato Paulista 2025 hace menos de treinta días, la dirigencia decidió interrumpir el vínculo debido a una serie de malos resultados que comprometieron el presente deportivo del equipo.
La noticia fue confirmada este jueves a través de un comunicado oficial, donde también se informó que junto al «Pelado» dejarán sus funciones Emiliano Díaz, Bruno Urribarri, Osmar Ferreyra y el preparador físico Diego Pereira. «La junta de fútbol agradece a los profesionales por sus servicios y les desea éxito en sus futuros desafíos«, expresaron en las redes sociales del club paulista.
Entre las razones que precipitaron la salida de Ramón, pesaron la reciente derrota ante Fluminense por 2 a 0, la floja cosecha de apenas cuatro puntos sobre doce en el inicio del Brasileirao y una actuación irregular en la fase de grupos de la Copa Sudamericana. Además, en los últimos seis encuentros, Corinthians solo había conseguido una victoria, lo que encendió las alarmas de la directiva.
Un clima interno que ya estaba desgastado
Más allá de los números, el desgaste en la relación puertas adentro también jugó su papel. El neerlandés Memphis Depay, uno de los referentes del plantel, había manifestado su malestar con el cuerpo técnico, situación que terminó por debilitar aún más la posición del técnico riojano frente a los directivos.
La coronación en el Paulistao, lograda el pasado 27 de marzo tras vencer a Palmeiras en una final vibrante, había otorgado algo de oxígeno a Ramón Díaz. Sin embargo, la falta de resultados consistentes en las semanas posteriores terminó por inclinar la balanza hacia su destitución.
Mientras tanto, el club anunció que el interinato quedará a cargo de Orlando Ribeiro, actual entrenador de la categoría Sub 20. Será quien dirija la práctica de este viernes mientras la dirigencia, según aclararon, todavía no se ha contactado con ningún candidato para ocupar el cargo de forma definitiva.
Así, Corinthians cierra un breve ciclo que combinó gloria rápida con un derrumbe que se volvió imposible de revertir, dejando la puerta abierta a una nueva etapa de reconstrucción.
