Lizy Tagliani sorprendió con una charla íntima y sincera junto a Eliana Guercio en «La Peña de Morfi». Fiel a su estilo, la conductora del ciclo dominical de Telefe volvió a brillar como anfitriona con su calidez y carisma, generando un clima distendido donde su invitada se abrió como pocas veces.
Durante la entrevista, Lizy Tagliani elogió el carácter frontal de Guercio, destacando su autenticidad a lo largo de los años. “Siempre has sido muy de ir al frente y decir todo lo que te parece. Sobre todo, de contestar”, le dijo con una sonrisa, reconociendo su impronta directa, tanto en los medios como en la vida.
Eliana, por su parte, sorprendió al revelar que su personalidad fue algo que construyó con el tiempo. “Yo era muy como mi nena, que es tímida, creo que la personalidad que tengo la fui construyendo porque el teatro de revista es bastante heavy”, contó. La exvedette explicó que tuvo que armarse de valor para enfrentar un ambiente exigente, y que eso la llevó a desarrollar una personalidad fuerte. “Me di cuenta: o metés un cañón o te armás una coraza”, reflexionó.
La conversación también tocó su historia de amor con el arquero Sergio Romero. Con total honestidad, Guercio recordó cómo fue casarse tan rápido. “Nosotros nos conocimos y a los cuatro meses nos casamos, entonces había miedo, no era que nos conocíamos bien”, confesó. Hoy, más de una década después, la pareja sigue firme, demostrando que a veces las apuestas arriesgadas tienen grandes recompensas.
Lizy Tagliani, siempre atenta, logró que la charla transcurriera entre risas, anécdotas personales y momentos emotivos, sin perder su tono natural y cercano que tanto conecta con la audiencia.
La participación de Eliana Guercio fue uno de los momentos más comentados del programa, y una vez más, Lizy demostró por qué es una de las figuras más queridas de la televisión argentina. Su habilidad para escuchar, preguntar con respeto y generar espacios auténticos la consolidan como una de las grandes conductoras del momento. Con entrevistas como esta, Lizy Tagliani sigue demostrando que la empatía y el humor pueden ir de la mano con la profundidad.
