El Papa Francisco falleció en la madrugada de Argentina, en una noticia que conmocionó a los fieles de todo el mundo. Ahora comenzará un nuevo proceso dentro del Vaticano, no solo para elegir al nuevo representante de la Iglesia Católica, sino también para despedir al argentino de 88 años, quien en noviembre del año pasado modificó el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el documento que regula el rito fúnebre del Sumo Pontífice.
Tradicionalmente, la muerte del Papa incluía un ritual histórico: el camarlengo. Este es un alto funcionario que asume la conducción de la Iglesia hasta que se elige a un nuvo Papa y el encargado de golpear tres veces la frente del pontífice con un pequeño martillo de plata, llamándolo por su nombre de bautismo. En caso de no responder, se daría oficialmente por muerto al Sumo Pontífice.
Esta práctica se modificó para simplificar el protocolo y ahora la muerte se constata de manera más sobria y privada en la capilla del Palacio Apostólico. Una vez confirmada la muerte, el cuerpo será colocado en un ataúd de madera con interior de zinc, dejando atrás el tradicional sistema de tres ataúdes (ciprés, plomo y roble). Su cuerpo será trasladado directamente a la Basílica de San Pedro, donde permanecerá expuesto a féretro abierto, sin el uso del catafalco ni el báculo papal.
La misa funeral será presidida por el decano del Colegio Cardenalicio y se referiría al reciente difundo como «Obispo de Roma» o «Pastor», dejando de lado todas las asociaciones terrenales. Luego del rito fúnebre, el féretro será trasladado a su lugar de descanso final, en este caso la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, algo que se realizará por pedido expreso del Papa Francisco.
La elección del nuevo Papa
Una vez que concluye el funeral, tras cuatro o seis días de ceremonia, se abre el periodo de Sede Vacante, en el que el camarlengo asume la administración de la Iglesia y da paso a la elección de un nuevo líder espiritual. En una reunión privada en la Capilla Sixstina, los cardenales menores de 80 años votarán al próximo pontífice.
Las votaciones se realizan en papeletas que se queman tras cada escrutinio. Si no se alcanza el consenso de dos tercios, el humo que emerge de la chimenea es gris. En caso de que haya elección de un nuevo pontífice, el humo que saldrá de la chimenea es blanco y desde el Balcón Central de la Basílica de San Pedro se anunciará el tradicional: «Habemus Papam».