En medio del dolor mundial por la muerte del papa Francisco, el secretario de Cultura y Civilización de la Nación, Nahuel Sotelo, brindó una emotiva entrevista en Infobae en Vivo donde compartió cómo vivió la noticia desde su rol de funcionario, pero también como creyente, dejando en claro el impacto que causó el fallecimiento del Santo Padre tanto en lo personal como dentro del Gobierno nacional.
“Son días especiales, tristes, de reflexión y oración. Me cuesta mucho separar el funcionario del creyente”, confesó Sotelo, aún visiblemente conmovido.
Según relató, la confirmación oficial lo sorprendió en plena madrugada: “Después de la aparición pública del domingo de Pascua, me fui a dormir, y a las 4 de la mañana me llamó el embajador en la Santa Sede. Me dijo que había muerto el Papa. Al principio, no lo podía creer”.
Diálogo con el Vaticano y una despedida oficial
Apenas conocida la noticia, el funcionario explicó que comenzó un proceso institucional inédito para él, quien por primera vez integra el Poder Ejecutivo. “Se empieza a informar al Gobierno, se toma contacto con la Iglesia argentina y se inicia el diálogo con el Vaticano”, detalló.
Ya con la organización del funeral en marcha, Sotelo confirmó que “las exequias serán el sábado” y que “ya está definida la comitiva oficial que viajará con el presidente Javier Milei a Roma”. Según explicó, se tratará de un grupo pequeño de funcionarios, “con presencia institucional, pero sin ostentación”.
Un legado que trasciende lo político
Consultado sobre la figura del papa Francisco, Sotelo fue categórico: “Nosotros, como creyentes, podemos disentir con el papado en cuestiones sociales, culturales, económicas o políticas. Eso es totalmente lícito. Pero cuando se trata de fe, la palabra del Papa es infalible”.
En esa misma línea, destacó la labor de la Iglesia incluso en momentos de tensión con el Gobierno: “Este Gobierno no se ha retirado. Lo que hizo fue cambiar la metodología. Se eliminaron intermediarios, se aumentaron los planes sociales, la pobreza bajó, la inflación bajó. Pero es cierto que la Iglesia estuvo siempre donde el Estado no llega, sobre todo en lo espiritual”.
“Un baldazo de agua fría” para el país
Sotelo no dudó en calificar la muerte de Jorge Mario Bergoglio como “un baldazo de agua fría”, y remarcó la decisión del Gobierno de decretar siete días de duelo nacional en su honor: “El protocolo indicaba tres días, pero entendimos que no se trataba de cualquier figura. Nos dejó el argentino más importante de la historia”.
Finalmente, el funcionario reivindicó lo que considera el mayor legado del pontífice: “El diálogo interreligioso. Era impresionante cómo el Centro Islámico, la DAIA, todos, reconocían a Francisco como un líder espiritual global”.