Mientras el presidente Javier Milei defiende el ajuste del gasto público como eje de su gestión, la Secretaría de Comunicación y Medios, encabezada por Manuel Adorni, muestra números que van en otra dirección. Desde noviembre, el área incorporó 40 nuevos empleados, un aumento del 25% en su dotación. Además, manejará un presupuesto que supera los $30.000 millones durante 2025.
La información surge del informe de gestión que presentó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ante la Cámara de Diputados. Allí se detalla que el área cuenta con 249 empleados y un presupuesto asignado de $25.412 millones, según la Decisión Administrativa 3/2025. A esa cifra se le suman los créditos de la ex Secretaría de Prensa, que ahora depende del mismo organismo.
Más presupuesto para Adorni en pleno recorte del Estado
La expansión de la secretaría contrasta con los recortes que el Ejecutivo aplica en otras áreas. En un contexto de despidos, parálisis de obras y ajustes en servicios públicos, el crecimiento de Comunicación y Medios generó críticas tanto dentro como fuera del oficialismo.
El dato fue expuesto por la periodista Mariel Fitz Patrick bajo el título “Sin motosierra en Comunicación y Medios”, una referencia directa a la imagen que utilizó el propio Adorni para lanzar su precandidatura a jefe de Gobierno porteño: una foto con una motosierra frente a la sede del Ejecutivo local. Pero, al parecer, el símbolo de recorte no se aplicó puertas adentro de su oficina.
El informe oficial incluye un anexo con el listado de empleados y contratados, entre los que se menciona a Juan Doe, usuario conocido en redes por manejar cuentas anónimas en defensa del Gobierno. Su presencia en la nómina fue otro punto que encendió las alarmas en la oposición.
La contradicción es evidente: mientras se achica el Estado en salud, educación o desarrollo social, Comunicación y Medios amplía su estructura. Y lo hace bajo el mando de quien, públicamente, se presenta como vocero de un ajuste sin precedentes.
El caso de Manuel Adorni refleja una de las paradojas más marcadas del Gobierno: se promueve la austeridad, pero algunos sectores clave —como el que controla el relato oficial— parecen exentos del ajuste. Con más empleados y más presupuesto, la motosierra no pasó por ahí.
