Con la publicación del Decreto 286/2025, el Gobierno activó el proceso de privatización de ENARSA, empresa clave en el manejo del sistema energético. El primer paso será la venta del 100% de las acciones que la firma estatal posee en CITELEC S.A., la sociedad controlante de Transener, responsable de la transmisión eléctrica en todo el país. La operación se llevará a cabo mediante un concurso público nacional e internacional.
Desde el Gobierno de Javier Milei aseguran que el objetivo de la privatización de ENARSA es “ordenar el funcionamiento del Estado” y permitir que el sector privado, con mayor capacidad de inversión y experiencia operativa, asuma el control de áreas estratégicas del sistema energético.
Privatización de Transener como punto de partida
La decisión de comenzar por Transener no es casual. Se trata de una de las piezas más relevantes en la infraestructura eléctrica del país. Durante años, ENARSA sostuvo su participación mediante transferencias del Tesoro, sin lograr mejoras sustanciales en la eficiencia ni en la calidad del servicio. Ahora, el Gobierno apuesta a que la gestión privada marque una diferencia en ambos frentes.
En el decreto se detalla que cada unidad de negocio de ENARSA será evaluada y tratada por separado. La meta es desarmar su estructura actual para avanzar hacia una administración más ágil y sustentable.
El Estado cambia su rol en el sistema energético
La lógica detrás de la medida responde a una visión de Estado más limitado en la gestión directa. “El Estado se enfocará en regular, supervisar y garantizar el buen funcionamiento del sistema energético, no en operar empresas”, subrayan desde el Ministerio de Economía.
En paralelo, remarcan que esta decisión no implica desprotección, sino un cambio de enfoque. Se buscará fomentar la competencia y lograr precios más acordes a la realidad del mercado.
Inversión, empleo y eficiencia como ejes del nuevo modelo
Desde la Casa Rosada aseguran que el sector privado no solo puede mejorar la eficiencia del servicio, sino también actuar como motor de la inversión, el empleo y la innovación. Esa premisa es la base del nuevo modelo energético que se busca construir, con menor peso del Estado en la operación y mayor presencia del mercado.
A futuro, no se descarta que otras áreas de ENARSA también sean privatizadas. Por ahora, la venta de su participación en Transener marca el primer paso formal de una estrategia que apunta a transformar por completo el esquema energético nacional.