El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) avanza en la redefinición del Índice de Precios al Consumidor (IPC) con una nueva base de gasto que promete modernizar la medición de inflación en Argentina. Los primeros ejercicios de simulación muestran que el efecto sobre los resultados será leve, aunque se mejorará la precisión en un escenario económico volátil.
Desde hace más de dos décadas, la inflación oficial se mide utilizando una canasta construida con datos de consumo de los años 2004 y 2005. A pesar de los profundos cambios en los hábitos de consumo, hasta ahora no se había logrado actualizarla.
Un ejercicio preliminar sobre la nueva canasta, basada en la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) 2017/18, sugiere que entre diciembre de 2019 y marzo de 2025 la diferencia acumulada en el IPC sería de apenas 2,2%. Para 2024, sin embargo, se habría registrado una inflación 6 puntos porcentuales más alta con la nueva estructura.

Cambios en el peso de los rubros
Entre los principales ajustes de ponderación, los servicios públicos, alquileres, expensas y educación ganaron participación en el gasto de los hogares, mientras que alimentos, bebidas y vestimenta perdieron peso relativo. Esto refleja la nueva composición del consumo en el país, aunque su impacto sobre la inflación medida fue limitado.
El INDEC también confirmó que el nuevo índice mejorará el alcance estadístico, aumentando de 320.000 a 500.000 precios mensuales relevados, y de 16.700 a 24.000 informantes en todo el país.
La respuesta oficial ante la consulta parlamentaria
La reciente exposición del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en la Cámara de Diputados reavivó el debate sobre el atraso del IPC. Francos confirmó que los desarrollos técnicos del nuevo índice terminaron en marzo de 2025, aunque todavía resta la aprobación política para su implementación.
Uno de los principales cuestionamientos surgió en redes sociales, donde el diputado Martín Tetaz advirtió que el nuevo IPC, lejos de suavizar los números, podría reflejar una inflación aún mayor en determinados períodos.
Los criterios internacionales y los riesgos de manipulación
El INDEC utilizará la misma fórmula de medición (Laspeyres), lo que implica comparar una canasta fija a lo largo del tiempo. No obstante, los especialistas recuerdan que es fundamental elegir un año base sin distorsiones severas, como devaluaciones abruptas o años electorales, para evitar errores estadísticos relevantes.

Desde 2017, el organismo estadístico adoptó la metodología Coicop Argentina, que divide los precios en 12 categorías principales, una estructura que se mantendrá en el nuevo índice.
Mejoras estadísticas y limitaciones prácticas
Pese a las mejoras metodológicas, la actualización de la canasta no alteraría drásticamente la dinámica inflacionaria actual. El efecto será más perceptible en términos de mayor precisión que en un cambio fuerte de tendencia.
El nuevo IPC, basado en hábitos de consumo más recientes, permitirá capturar mejor la incidencia de servicios digitales, transporte y otros rubros que han ganado peso en el gasto de los hogares tras la pandemia.
Aunque la actualización técnica ya fue finalizada, la implementación del nuevo índice depende ahora de una decisión política que aún no tiene fecha. La credibilidad de las estadísticas oficiales vuelve a estar en debate, en un contexto de volatilidad económica y creciente presión social.