La Touriga Nacional constituye el paradigma del vino portugués y, además, en los últimos años se propuso llegar a conquistar tanto nuevos territorios como los paladares delos aficionados de todo el mundo. De ese modo, da la impresión de que la Touriga Nacional está deviniendo en una verdadera diáspora vitícola. Particularmente, se trata de una de las variedades de uva fundamentales para los vinos del Douro y cuenta con una ventaja valiosa: la versatilidad. Tal es así que puede lucirse como protagonista tanto en vinos fortificados de Oporto como en los vinos monovarietales.

Lo cierto es que quizás sean pocos quienes sepan que la Touriga Nacional cada día cuenta con más adeptos entre los viñateros y los productores de vino a lo largo de todo el continente americano, desde el extremo septentrional del estado de Washington hasta los puntos más australes de Chile y Argentina. Cabe preguntarse entonces ¿Qué hace a la Touriga Nacional, aquella longeva variedad autóctona de Portugal como para, en tan poco tiempo, comenzar a integrar, aunque sea minoritariamente, los blends de Burdeos?
Carcterísticas
La Touriga Nacional es esencialmente un tipo de uva de hollejo grueso y con una fuerte impronta colorante, lo cual se expresa en vinos de tonalidades intensas y concentradas. En lo que respecta a los aromas, presenta cualidades con notas azuladas, tanto por lo floral, por ejemplo, con reminiscencias a violeta y esteva, como por lo frutal, remitiendo a frutas rojas oscuras y de baya azul. Asimismo presenta matices de notas cítricas a naranja y a hierbas aromáticas y especias. El resultado son vinos bastante robustos y potentes, con equilibrio y potencial de envejecimiento.
En lo que respecta al cultivo, entre sus principales desafíos se cuentan la floración, la conducción y la baja productividad, como consecuencia de haberse plantado en portainjertos de pie americano luego de la plaga de filoxera en Portugal. En contraste, una de sus principales ventajas es su notable resistencia a las enfermedades, a las precipitaciones y a la botritis. Este factor no es menor ya que colabora en su reconocimiento en tanto que variedad versátil. Tal es así que hoy en día puede encontrarse a lo largo de todo Portugal, aunque (fuera del Douro y el Dão) con viñedos más jóvenes, que aún no consiguen expresar del todo la magnificencia que alcanza durante su madurez.
En otro aspecto, la Touriga Nacional se desenvuelve muy bien en distintos tipos de suelos, tal como acontece en el Douro, donde domina el esquisto y los vinos Touriga resultan más estructurados, potentes y exuberantes. Por su parte, en el Dão, prima el granito y los vinos de esta variedad ostentan una mayor frescura.
Su llegada a América
Desde el hemisferio norte hasta el sur, la Touriga Nacional está presente en todo el continente americano. De su dialecto luso hoy por hoy pueden escucharse variaciones en inglés, español y portugués de Brasil. Principalmente la globalización y el calentamiento global, al cual esta variedad supo adaptarse con notable brío, fueron los principales propulsores de esta tendencia en franco crecimiento. Es posible que por esa misma razón, y en plenos esfuerzos por contrarrestar el cambio climático, Burdeos la aceptó como una nueva variedad minoritaria, lo cual invita a muchos a especular una proyección de sumo augurio para la variedad.

Contrario al pensamiento acerca de que se trata de un fenómeno reciente, la realidad indica que la Touriga Nacional comenzó a vincularse con el subcontinente de América del Norte hace tiempo. En efecto, según cuenta Elaine Chukan Brown, una experta en todo lo que refiere a los vinos de California, muchas variedades oriundas de Portugal resultaron fundacionales para la elaboración de vino en ese estado. Como es habitual en América, la mayor parte de las variedades presentes en California llegaron a las misiones a la par de monjes que introdujeron muchas variedades gallegas y portuguesas a aquella costa del oeste de los Estados Unidos.