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VIDA Y ESTILO

Los vinos del papa Francisco: cuando la fe se une a la excelencia

Para la celebración de la misa, es necesario que el vino y el pan a consagrar tengan ciertas características.

Papa Francisco

La relación del papa Francisco con los vinos, se afianzó cuando fue elegido como el 266.º pontífice de la Iglesia Católica, aquel marzo de 2013. Si hablamos de gestos, hablamos del papa Francisco, un verdadero conocedor de la transmisión sin palabras. El ritual eucarístico está íntimamente unido al vino y al pan. Juntos, son presentados como tales y por la transubstanciación, luego de la consagración, se convierten en la sangre y el cuerpo de Cristo, el alma y la divinidad del Señor.

Para la celebración de la misa, es necesario que el vino y el pan a consagrar tengan ciertas características. El vino que se convertirá en la sangre de Cristo debe ser natural y puro, de uva auténtico, sin aditivos extraños. No está permitido la incorporación de aromatizantes, conservantes artificiales ni sustancias con aromas. Debe estar en buen estado, sin alteraciones, apto para ser consumido. Puede ser blanco o tinto, lo que es importante es la pureza.

Puede ser dulce o semidulce. En general suelen ser dulces para una mejor conservación. El grado de alcohol debe oscilar entre 12 % y 16 %. Pueden estar adicionados con una pequeña cantidad de alcohol de uva adicionado.

La elección del Papa Francisco: un vino de misa argentino

El papa Francisco eligió un torrontés riojano que lleva el nombre Todos, elaborado con uvas de seis provincias argentinas. El INTA fue el impulsor de este proyecto, jutno con COVIAR y el Fondo Vitivinícola, contando también con el apoyo del Arzobispado de Mendoza. El nombre fue elegido como una expresión federal, coincidente con la mirada de Francisco. En el año 2016, este fue el vino usado durante la misa de canonización del Cura Brochero. Era la primera vez que un vino argentino se consagraba en una misa papal.

Las uvas eran de Salta, La Rioja, Catamarca, San Juan, Mendoza y Río Negro. Una muestra de las distintas zonas vitivinícolas argentinas y de la variedad de uvas con que cuenta. La producción del vino se llevó a cabo con criterios de sostenibilidad, dando prioridad a pequeños productores. También fue distribuido en comunidades religiosas de Argentina.

Papa Francisco

Otra bodega argentina elegida

Fue gracias a la recomendación de un sacerdote de Neuquén, más precisamente de Andacollo, amigo personal del papa, que conoció otra bodega argentina, cuando le llevó de regalo una botella del vino Gran Terroir, de la Bodega Des De La Torre, durante una visita que realizó al pontífice en el Vaticano. El papa Francisco quedó encantado con el vino y le pidió recibir cajas para su consumo personal cada año.

La Bodega Des De La Torre no es una bodega industrial, y está ubicada en Chos Malal, en Neuquén. Es un emprendimiento familiar que se encuentra representado por la cuarta generación de viticultores de la familia De La Torre. Combina tradición con técnicas modernas de cultivo, y produce vinos de calidad. Tiene distintos tipos de vinos elaborados con malbec, pinot noir, cabernet franc, bonarda, chardonnay, tannat, gewürztraminer, tannat y caladoc.

La elección del Papa de esta bodega rompe con la tradicional recta marcada entre Mendoza y San Juan, una suerte de poner el ojo en otras zonas productivas de Argentina, con trayectoria y potencial futuro.

Otras elecciones del papa Francisco

Francisco no solo apuntó a los vinos argentinos, también miró a la madre patria, España. Desde 2001 el único proveedor oficial de vino para las celebraciones eucarísticas es la Bodega Heras Cordón, de Fuenmayor, La Rioja, España. La crianza y la etiqueta de este vino llevan el sello del Vaticano. El nombre del Papa, el escudo y la frase en latín “Misericordias Domini in aeternum cantabo” (Cantaré eternamente las misericordias del Señor) pueden verse en la botella.

Actos litúrgicos, ceremonias y recepciones oficiales cuentan con los vinos de la Bodega Heras Cordón, que se encarga de enviar alrededor de 2000 botellas cada año al Vaticano. Un buen punto para los tradicionales vinos de La Rioja, que se encuentran entre los mejores del mundo por calidad y tradición.

El vino y la Iglesia están íntimamente relacionados. Una imagen es un símbolo y con la consagración se convierte en la sangre de Cristo. Francisco, como argentino, hizo honor a vinos de su país natal, sin dejar de lado la tradición.