La temporada llegó a su fin de forma prematura para Los Ángeles Lakers, que cayeron ante Minnesota Timberwolves y quedaron eliminados de los playoffs de la NBA. Más allá del resultado, lo que sacudió al mundo del básquet fue la declaración de LeBron James, quien dejó en duda su continuidad profesional. “No sé cuánto más quiero seguir jugando”, lanzó el máximo anotador histórico de la liga, en un mensaje que muchos interpretaron como un posible adiós.
La serie terminó con un claro 4 a 1 en favor de los Timberwolves, liderados por Anthony Edwards, que sellaron la eliminación con un 103 a 96. Lejos de su mejor versión colectiva, los Lakers dejaron una imagen apagada, y LeBron, visiblemente frustrado, admitió que necesita replantearse muchas cosas.
Una temporada cargada de emociones, pero sin recompensa
A pesar de tener números destacados —24,4 puntos, 7,8 rebotes y 8,2 asistencias por partido—, el alero de 39 años no logró llevar a su equipo a la lucha por el título. Su vigésima segunda temporada en la NBA se cerró con más preguntas que certezas, en un contexto donde incluso la llegada de Luka Doncic como refuerzo de último momento no fue suficiente para cambiar la historia.
Consultado tras la eliminación, LeBron explicó que su futuro será evaluado en familia: “Es algo que tengo que hablar con mi esposa, con mi grupo de apoyo. También es una conversación conmigo mismo”, reconoció. La duda sobre si continuará o no está sobre la mesa, y por ahora, todo es incertidumbre.
El vínculo con su hijo: un sueño cumplido
En medio del análisis sobre su continuidad, LeBron James destacó uno de los logros más personales de esta etapa de su carrera: haber compartido cancha con su hijo Bronny, quien tuvo participación limitada en su año de debut. Para el legendario alero, eso fue mucho más que un dato anecdótico: “Poder jugar el deporte que amo al lado de mi hijo es uno de los viajes más gratificantes que he vivido”, afirmó con emoción.
Si bien todavía tiene contrato por una temporada más con los Lakers, con un salario estimado en cincuenta y dos millones de dólares, también cuenta con la opción de declararse agente libre. La posibilidad del retiro ya no parece lejana, y en su entorno no descartan ninguna alternativa.
Con su legado más que asegurado, la gran incógnita es si King James volverá a vestir la camiseta de los Lakers o si el partido ante Minnesota fue su despedida silenciosa. La NBA contiene la respiración, mientras espera la decisión final de su máxima leyenda.
