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POLÍTICA

Elecciones: Karina Milei no buscará acuerdos entre gobernadores y La Libertad Avanza

La lógica es generar una presencia nacional que, aún sin triunfar en todas las provincias, logre consolidar a LLA como actor estable en cada territorio.

Karina Milei

A medida que se intensifica el calendario electoral, desde el Gobierno nacional se consolida una estrategia que descarta los acuerdos amplios con los gobernadores provinciales. La encargada del armado nacional de La Libertad Avanza (LLA), Karina Milei, ha manifestado en distintos espacios que la prioridad es presentar candidatos propios en la mayor cantidad de distritos posibles. La premisa es clara: “La cabeza de lista es de la Libertad Avanza, eso no se negocia”.

La estrategia quedó expuesta incluso antes de la elección constituyente en Santa Fe, cuando Karina Milei sostuvo en un desayuno en el Hotel Hilton que “se está demostrando que la estrategia de ir solos es lo que está dando resultado, el poder de la marca”. Sin embargo, la prueba en Santa Fe fue dura. La LLA quedó en tercer lugar con Nicolás Mayoraz, pero logró quedarse con una porción importante del electorado que había acompañado al gobernador Maximiliano Pullaro en 2023.

Este enfoque electoral no busca únicamente competir por ganar. La lógica es generar una presencia nacional que, aún sin triunfar en todas las provincias, logre consolidar a LLA como actor estable en cada territorio. De hecho, gobernadores como Pullaro advierten que, aunque LLA no gane, su irrupción con un 12% o 15% de los votos puede debilitar a los oficialismos locales que comparten base electoral con el partido libertario.

En algunos distritos hay conversaciones, en otros, ruptura

La postura firme de Karina Milei no es compartida con igual intensidad por todos en el Gobierno. Algunos, como Santiago Caputo, promueven una lectura más pragmática: “No hay diferencia de miradas en el Gobierno sobre la estrategia, se va viendo caso por caso dependiendo de las características de cada lugar”, explicó un operador político cercano al Presidente.

Sin embargo, la realidad muestra pocos acuerdos concretos. Hasta el momento, el único caso de alianza provincial se dio en Chaco, donde se cerró un pacto con el radical Leandro Zdero. En el resto del país, la tendencia es presentar listas propias. En Salta y Jujuy, por ejemplo, no hubo acuerdos con los gobernadores y LLA competirá con sus propios candidatos. En Tucumán, las declaraciones del gobernador Osvaldo Jaldo contra la baja de la coparticipación coinciden con la decisión del Gobierno de impulsar una estructura libertaria local, liderada por el ministro Lisandro Catalán.

Las conversaciones con Mendoza también siguen abiertas. Los Menem mantuvieron contactos con Alfredo Cornejo, aunque no se ha definido aún si habrá alianza. El plazo para decidir se acorta, y dependerá de cómo se estructuren las listas.

Los gobernadores piden respuestas económicas

Más allá de la política electoral, los mandatarios provinciales muestran creciente preocupación por la situación económica. En diversas reuniones con funcionarios del Ejecutivo, han señalado una caída interanual del 5% en ingresos brutos y una baja sostenida en la coparticipación. El malestar se expresa tanto en público como en privado. “Con Francos ya no tiene sentido hablar, y con Caputo todo se reduce a planillas”, afirmó un gobernador de la zona centro.

La expectativa es que el plan económico empiece a dar señales de reactivación, especialmente en el consumo. “El consumo no se reactiva y falta muchísimo para las PYME”, aseguró otro jefe provincial. El propio gobernador Jaldo advirtió: “Todo este reacomodamiento de las variables macroeconómicas no ha llegado al bolsillo del trabajador”.

Sin embargo, desde el oficialismo nacional descartan que las críticas anticipen un quiebre en la relación. “Las declaraciones de Jaldo son para hablarle al peronismo tucumano. Acuerdo con él no va a haber, es peronista de toda la vida”, explicaron desde la Casa Rosada.

Un escenario de tensiones contenidas

El panorama muestra un delicado equilibrio entre el armado electoral libertario y la necesidad de mantener abiertos los canales de diálogo institucional con las provincias. Los gobernadores quieren conservar sus espacios de poder y se mantienen atentos al humor social. La mayoría no tiene ambiciones nacionales y su objetivo es reelegir. Pero también saben que el Gobierno nacional necesita del Congreso, y que sus bancas son valiosas.

Las elecciones del 11 de mayo en Salta, Jujuy, San Luis y Chaco, y la del 18 en la Ciudad de Buenos Aires, darán señales claves. Con ellas, se definirá si el modelo de Karina Milei avanza sin cambios o si, bajo la presión de la realidad política, se abre paso a nuevas alianzas.