Volvió la tensión por la suba del aceite. Las principales empresas del sector enviaron nuevas listas con aumentos de hasta un 9%, pero las grandes cadenas no las aceptaron. Con apoyo del Gobierno, resisten el aumento y apuntan a postergar cualquier suba hasta junio.
El conflicto ya había comenzado en abril, cuando firmas como Unilever y Molinos intentaron aplicar aumentos del 9% al 12%. En ese momento, los supermercados rechazaron los nuevos valores y el ministro de Economía, Luis Caputo, celebró la decisión en redes sociales. Ahora, el escenario se repite y desde la Secretaría de Comercio buscan abrir una instancia de diálogo urgente.
El Gobierno presiona para dilatar los aumentos
Fuentes del sector confirmaron que el secretario de Comercio e Industria, Pablo Lavigne, se contactó con la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara). Su objetivo es reunir a las partes esta semana para evitar un nuevo salto en los precios al consumidor. Tanto el Gobierno como las cadenas creen que es clave contener la suba en mayo.
Durante el fin de semana, el Ejecutivo intensificó su mensaje: pidió a los supermercados no aceptar nuevas listas de precios. La postura oficial es clara. Para ellos, el aumento no puede aplicarse en este contexto. “Hay voluntad de frenar el impacto en los bolsillos y negociar con tiempo”, explicaron desde una de las empresas.
Aceiteras reclaman por la suba de costos
Por otro lado, las aceiteras argumentan que el aumento se necesita. Según indican, hay un fuerte atraso en los márgenes del sector. La suba del girasol, principal insumo, y el nuevo esquema cambiario generan presión. Algunas empresas ya habían planificado ajustes del 5% antes de los cambios en el tipo de cambio.
Además, varias compañías aplicaron la suba del aceite en cadenas regionales y mayoristas. “Estamos acostumbrados a los controles. Si piden postergar un mes, podemos analizarlo”, explicaron desde una firma aceitera. Sin embargo, advierten que hay que definir con claridad a qué valor de dólar se fijan los precios.
El precio del aceite, en el centro de la pulseada
Hoy, una botella de aceite de girasol de 900 mililitros ronda los $2.500. Si se concreta un aumento del 9%, subiría a $2.725. En tanto, la presentación de 1,5 litros, que cuesta entre $4.000 y $4.300, pasaría a superar ese valor. Las marcas más económicas también ajustarían.
En este contexto, el Gobierno de Javier Milei decidió involucrarse más en la discusión de la suba del aceite . Tras una inflación del 3,7% en marzo, y con abril también por encima del 3%, Caputo volvió a señalar a las empresas que remarcan por encima del promedio. Así, el precio del aceite quedó en el centro de una nueva negociación que busca evitar más presión sobre el consumo.