La FIFA oficializó una medida que marca un cambio de paradigma en el fútbol femenino: el Mundial de 2031 contará con 48 selecciones, ampliando en 16 equipos el formato actual. El organismo presidido por Gianni Infantino tomó esta decisión tras una videoconferencia en la que participaron representantes de distintas asociaciones miembro, quienes aprobaron la propuesta por unanimidad.
El torneo mantendrá sus 32 equipos en la edición de 2027, pero a partir de la siguiente cita se implementará esta modificación que responde al crecimiento global del fútbol femenino. El nuevo formato contemplará 12 grupos y un total de 104 partidos, lo que extenderá la competencia en una semana más. La idea es fomentar el desarrollo de más federaciones y garantizar que más jugadoras tengan la oportunidad de competir en el escenario más alto.
Infantino: “No se trata solo de sumar equipos, sino de transformar estructuras”
El presidente de la FIFA fue claro al justificar esta decisión: “No se trata simplemente de que 16 selecciones más participen en la Copa Mundial Femenina, sino de lograr nuevos avances en relación con el conjunto del fútbol femenino”, afirmó. Para Infantino, este crecimiento también apunta a que más países desarrollen sus estructuras deportivas, y que el torneo sea una herramienta de transformación global.
También destacó que el Mundial de 2023 dejó una marca histórica: equipos de todas las confederaciones ganaron al menos un partido y cinco regiones llegaron a la fase eliminatoria. “La Copa del Mundo femenina ya no es una competencia de élite exclusiva. Es un torneo realmente global”, subrayó.
Apoyo a Afganistán y medidas firmes contra el racismo
En el mismo comunicado, la FIFA anunció una decisión simbólica: promoverá la creación de una selección afgana de refugiadas. El objetivo es que estas futbolistas puedan competir y desarrollarse lo antes posible, aún en el exilio. “Se trata de una iniciativa histórica. La FIFA mantiene su compromiso de proporcionar a todas las jóvenes la posibilidad de jugar al fútbol”, señaló Infantino.
Por otro lado, se presentaron reformas clave en el Código Disciplinario para fortalecer la lucha contra la discriminación racial. Entre los cambios más destacados, se estableció un nuevo procedimiento en tres niveles para combatir el racismo dentro y fuera de la cancha, y se aumentó el monto máximo de las multas a cinco millones de francos suizos.
Tolerancia cero ante el racismo: cambios profundos en el Código Disciplinario
Las federaciones miembro deberán adaptar sus códigos internos a estas nuevas normativas. Ahora, jugadores y oficiales están habilitados para identificar a los responsables de actos racistas y colaborar en su expulsión del estadio. Además, la FIFA podrá intervenir directamente o apelar fallos ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) si considera que una federación no actuó con la severidad adecuada.
“La edición revisada del Código Disciplinario constituye un paso decisivo en el objetivo de la FIFA de reforzar su marco reglamentario a fin de procesar y sancionar conductas discriminatorias”, concluyó Infantino. Así, el organismo no solo busca ampliar horizontes deportivos, sino también garantizar que el crecimiento venga acompañado de mayor justicia e inclusión.