La caída de la ley de Ficha Limpia en el Senado no solo implicó un traspié legislativo: expuso de manera brutal la descomposición institucional que afecta a la Cámara Alta. La inesperada traición de los senadores misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, que cambiaron su voto a último momento, terminó de dinamitar la frágil confianza entre los bloques y dejó al descubierto una estrategia kirchnerista para aprovechar cada resquicio de poder.
Durante semanas, los legisladores habían manifestado su apoyo a la norma que impediría que condenados en segunda instancia accedan a cargos electivos. Sin embargo, cuando llegó el momento de votar, ambos decidieron retirarse del recinto sin dar explicaciones, frustrando la posibilidad de alcanzar la mayoría necesaria.
La política sin palabra: un Senado quebrado
«Los misioneros atornillaron el ataúd del Senado», graficó sin eufemismos una fuente parlamentaria. La maniobra fue tan burda como efectiva. Expuestos públicamente durante semanas por apoyar la iniciativa, Arce y Rojas Decut terminaron desertando de la sesión, dejando en evidencia una Cámara donde ya no se respeta ni la palabra dada.
El efecto fue demoledor. Legisladores que venían dialogando entre bloques para construir consensos ahora se replantean su participación en futuras negociaciones. Una senadora expresó su malestar con crudeza: «Que no me llamen más primero a mí. Que vayan a buscar a sus amigos kirchneristas». Y agregó: «Los misioneros aportaron a los deseos del Gobierno y, pocas horas después, los fumigaron».
El kirchnerismo celebra en silencio
Desde la bancada kirchnerista, en cambio, no disimulan su satisfacción. Tras el fracaso de la avanzada oficialista por imponer dos pliegos en la Corte Suprema, el rechazo a Ficha Limpia se convirtió en la segunda victoria consecutiva en el Senado para el bloque que lidera José Mayans. Aunque no lo digan en voz alta, en el kirchnerismo toman nota de cada grieta para convertirla en una oportunidad.
Un experimentado legislador peronista lo sintetizó con cinismo: «He visto muchas traiciones acá, pero nunca una mentira tan arriesgada como la de Arce y Rojas Decut. Suerte con la recolección de escombros».
Dudas sobre la agenda legislativa
El impacto de este episodio ya resuena en otras discusiones clave. Durante la misma sesión se bloquearon los pedidos para interpelar a Karina Milei y a Luis Caputo. Sin embargo, muchos se preguntan si después de esta crisis se mantendrá el respaldo para proteger al Gobierno en futuras votaciones.
La comisión de Asuntos Constitucionales, que preside la peronista cordobesa Alejandra Vigo, podría convertirse en el nuevo escenario de confrontación. Vigo estalló de furia tras la sesión y denunció un supuesto pacto entre la Casa Rosada y los misioneros renovadores. La sospecha dejó en suspenso cualquier discusión futura.
La trastienda del poder
Más allá del escándalo, bajo la superficie se siguen moviendo fichas clave. La integración de la Corte Suprema, el cupo femenino, la modificación de la Auditoría General de la Nación y más de 150 pliegos judiciales esperan tratamiento en las próximas semanas. En un escenario donde las lealtades valen cada vez menos, el Senado parece haberse transformado en una mesa donde el poder se negocia sin reglas claras.
La jugada del kirchnerismo dejó un mensaje: mientras los demás se pelean, ellos avanzan. La pregunta que queda es si las instituciones resistirán otra embestida disfrazada de astucia parlamentaria.