No hay dudas de que Luis Ventura es una de las figuras más destacadas del mundo del espectáculo, no solo por su extensa trayectoria, sino que además pocos tienen tanta información como él. Si hay algo que lo caracteriza es su estilo único para dar noticias, y así lo demuestra cada fin de semana en el ciclo que conduce para América TV, Secretos Verdaderos.
Este fin de semana Luis Ventura sorprendió a todos sus televidentes con un inesperado momento: se entrevistó a sí mismo con la ayuda de la inteligencia artificial. «La noche es brava. La oscuridad cobija al diablo, a los peores demonios. Y yo los transité a todo, no salteé una baldosa, porque la conozco bien, caminé todos sus escalones», expresó el conductor.
Fue entonces que su entrevistador le preguntó si alguna vez había consumido algún tipo de droga, a lo que Luis Ventura se animó a contar una historia que nunca antes había salido a la luz. «No sé si lo que te voy a decir es consumir. Pité marihuana en algún momento porque… porque… a ver cómo te lo explico», comenzó a contar el periodista.
«No me pidas nombres… pero conquisté a una figura suprema del espectáculo y para poder seguir avanzando me propuso un churro y yo, por miedo a perderla dije que sí. Pero ni siquiera inhale… fue una cosa de… de hacer humo», confesó Luis Ventura. «¿Un porro?», le preguntó su otro yo, a lo que él respondió: «Sí, pero ni siquiera eso, no siquiera eso».
Totalmente metido en la historia, Luis Ventura continuó con su relato amoroso: «A mi no me importaba la marihuana a mi lo único que me importaba era lo otro. Aparte sabía que lo otro tenía sus riesgos, y la vida siempre me fue mostrando la puerta que tenía que agarrar para salir».
Conmoción por lo que contó Luis Ventura
Muy fuerte fue lo que relató Luis Ventura en Secretos Verdaderos: «No me gusta hablar de esto. Me conmueve mucho cuando miro para atrás. Vos sabés que yo duermo en mi pieza con los restos de mis padres, las cenizas de ellos y de los perros que tenía mi hermano. Todos están en urnitas y hay muchas veces que hablo con ellos. Y son buenas las devoluciones”.
«Vos sabés que yo tengo una especie de capillita en mi habitación. Cuando se cumple algún aniversario, un cumpleaños, cada uno tiene su candelabro y yo le enciendo una velita. La velita te dura cuatro o cinco horas. Querés creer que hay días que después de haber dado toda la vuelta a mi jornada, llegó a la noche y, está solo renguito, mi perro, un bulldog francés, voy a la pieza y la velita muchas veces está encendida”, agregó.
