En un giro que promete encender nuevamente la tensión entre el Congreso y el Ejecutivo, el Senado de la Nación comenzará este miércoles a debatir una serie de proyectos que buscan ampliar la Corte Suprema de Justicia, apenas semanas después de que el oficialismo sufriera un revés con el rechazo a sus candidatos para integrar el máximo tribunal.
La discusión se reactivará con una reunión informativa convocada para las 13:00, en la que se analizarán distintas propuestas que apuntan a modificar la composición de la Corte, actualmente conformada por cinco miembros. El primer texto en agenda es el del senador salteño Juan Carlos Romero, un aliado del oficialismo, que propone llevar el número de jueces a siete.
Pero no es la única alternativa en juego, informó NA. También se pondrán sobre la mesa proyectos que plantean una ampliación más ambiciosa, como el que impulsa elevar el número a nueve jueces, con énfasis en la paridad de género. Incluso podría retomarse el proyecto de la senadora kirchnerista Silvia Sapag, que en 2022 logró media sanción para una reforma que llevaría la cantidad de integrantes de la Corte a quince.
Este nuevo capítulo legislativo no es menor. Ocurre en un clima de alta sensibilidad institucional, luego de que el Gobierno de Javier Milei fracasara en su intento de imponer los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla como nuevos miembros del máximo tribunal. La ofensiva para ampliar la Corte reaviva una vieja disputa de poder en el sistema político argentino: ¿es momento de reformar la Corte o de blindarla frente a los vaivenes partidarios?
Además, una vez finalizada la discusión sobre la Corte Suprema, los senadores avanzarán en otro tema clave: la renovación de cargos en la Auditoría General de la Nación (AGN), otro organismo de control que podría ser escenario de fuertes disputas entre oficialismo y oposición.
Mientras tanto, en los pasillos del Senado ya se anticipan intensas negociaciones cruzadas y movimientos estratégicos de bloques que podrían definir el futuro de una reforma judicial que, de concretarse, modificaría el corazón del Poder Judicial argentino.