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POLÍTICA

Tensión en el Tedeum: Javier Milei no saludó a Victoria Villarruel y Jorge Macri en el acto por el 25 de Mayo

El episodio generado por Milei no pasó desapercibido entre los presentes ni en redes sociales, donde se multiplicaron las especulaciones.

Javier Milei

El presidente Javier Milei protagonizó esta mañana un nuevo gesto de frialdad institucional al evitar saludar a su vicepresidenta, Victoria Villarruel, y al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, al llegar a la Catedral Metropolitana para participar del tradicional Tedeum por el 25 de Mayo. La escena, que quedó registrada por cámaras de televisión, reavivó las versiones de distanciamiento entre el mandatario y su compañera de fórmula.

Milei arribó a la Catedral escoltado por su hermana y secretaria general, Karina Milei, y por el vocero presidencial, Manuel Adorni. Caminó directamente hacia el ingreso del templo sin detenerse a estrechar la mano de Villarruel ni de Jorge Macri, que lo esperaban en la puerta junto a otras autoridades.

La tensión entre Milei y Villarruel lleva meses gestándose, con diferencias públicas sobre temas clave como la política de defensa y el rol de las Fuerzas Armadas. La vicepresidenta, que encabezó el acto en el Senado el jueves 23 por la fecha patria, había evitado referirse directamente a Milei, aunque dejó entrever críticas a la falta de diálogo interno en el Gobierno.

El rechazo de Milei también llegó a Jorge Macri

La falta de saludo también alcanzó al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, con quien Milei comparte el acto institucional pero mantiene una relación tensa tras el apoyo dispar de sus funcionarios durante la campaña electoral. Macri, que sí saludó a Villarruel con un beso y un abrazo, permaneció serio durante el ingreso del Presidente.

A lo largo de la ceremonia, Villarruel se mantuvo en un segundo plano pero con gestos solemnes. No hubo diálogo entre ella y el Presidente, lo que refuerza las versiones de que la distancia política se transformó también en un quiebre personal. Desde la Casa Rosada insisten en que no hay conflicto, pero los gestos públicos dicen otra cosa.

Este nuevo episodio ocurre en un contexto de extrema sensibilidad política, con un oficialismo que aún no logra aprobar su ley insignia y con tensiones internas que se hacen cada vez más visibles. Mientras Milei insiste con su discurso de «casta» y mantiene un perfil confrontativo, su relación con figuras clave de su propio espacio parece desgastarse a ojos de toda la ciudadanía.