El presidente de la Argentina, Javier Milei, protagonizó este domingo un nuevo episodio de tensión política al evitar saludar al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, durante el Tedeum por el 25 de Mayo en la Catedral Metropolitana. Lejos de buscar un gesto de unidad, el mandatario profundizó las diferencias con el dirigente del PRO tanto con gestos en público como con declaraciones en redes sociales.
El momento quedó registrado en la transmisión oficial: al ingresar a la Catedral, Macri extendió la mano para saludar al Presidente, pero Milei no respondió al gesto y pasó de largo sin siquiera mirarlo. La imagen circuló rápidamente por redes sociales y generó repercusiones inmediatas, en un contexto en el que el oficialismo negocia una alianza con el PRO para competir en la provincia de Buenos Aires.
Minutos después del acto, el propio Milei decidió redoblar la apuesta desde su cuenta oficial de X (ex Twitter). Allí compartió una publicación en la que se acusaba a Jorge Macri de haberlo traicionado y él no dudó en reforzar el mensaje con una frase contundente: «Roma no paga traidores».
La referencia histórica utilizada por el jefe de Estado fue interpretada como una señal directa hacia el primo del expresidente Mauricio Macri, quien en los últimos días quedó en el centro de una interna por su vínculo oscilante con el oficialismo. Aunque Jorge Macri había mostrado en público gestos de acercamiento con La Libertad Avanza, en la Casa Rosada lo acusan de jugar a dos puntas.
Hay intensiones de que La Libertad Avanza se una con el PRO en la provincia de Buenos Aires pese a las diferencias de Milei
La situación ocurre mientras se negocia una eventual alianza entre La Libertad Avanza y el PRO para las elecciones bonaerenses. Incluso el propio Milei había asegurado recientemente: «Vamos a ir juntos en la provincia de Buenos Aires y la vamos a ganar», en referencia al acuerdo político con el macrismo, que incluiría al economista José Luis Espert como figura clave del armado.
Sin embargo, el gesto de Milei hacia Jorge Macri contradice ese clima de acuerdos. El desplante frente a cámaras y la posterior frase del Presidente revelan un fuerte cortocircuito interno. En lugar de priorizar el mensaje de unidad que había propuesto durante la homilía el arzobispo Jorge García Cuerva, quien pidió «frenar el odio» y «construir desde el encuentro», el mandatario optó por la confrontación.
El episodio agrega tensión a una interna que ya venía cargada. A pesar de los intentos por consolidar un frente electoral en territorio bonaerense, el enfrentamiento entre Milei y una parte del PRO vuelve a poner en duda la viabilidad de esa alianza. Mientras tanto, el Presidente dejó un mensaje claro y lapidario: «Roma no paga traidores».
