Desde la provincia de Buenos Aires comenzaron a negociar para adherirse al plan del Gobierno para poner en circulación los dólares que los argentinos tienen en el colchón. El propio Cristian Girard, director de ARBA, reconoció que hubo un encuentro con Juan Alberto Pazo, de ARCA, para tratar el tema y deslizó la posibilidad de que el Gobierno de Kicillof se sume.
El funcionario bonaerense señaló que es necesario que haya una ley que modifique el Régimen Penal Tributario y Cambiario, junto con modificaciones a la Ley de Procedimiento Tributario, porque la seguridad jurídica no está garantizada con este proyecto libertario. «No es que vayamos a perseguir a nadie que tenga un canuto, ni que estemos en contra que usen dólares, ni que se mueva la actividad», aclaró.
«Estamos estudiando analizando la adenda que nos propusieron y por esos días tendremos un nuevo intercambio con autoridades nacionales para ir definiendo», remarcó Girard sobre las negociaciones que mantienen los funcionarios que responden a Kicillof con los de Nación, quienes ya consiguieron la adhesión de varias provincias.
A pesar de esta buena sintonía entre las partes, el titular de ARBA apuntó contra el Gobierno nacional por sus críticas a Kicillof: «Hubo una reacción de construir una narrativa donde el Gobierno nacional es el defensor de los argentinos de bien y la gente que trabaja, y nosotros vendríamos a ser los soviéticos que pedimos seguridad jurídica», cuestionó el funcionario de la provincia de Buenos Aires, según NA.
El Gobierno avanza con su plan
Por su parte, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, adelantó que esta semana el Gobierno presentará el proyecto sobre la posibilidad de uso libre de los ahorros de los argentinos fuera del sistema financiero normal. Esto ya lo habían anticipado la semana pasada, aunque la falta de precisión sobre la iniciativa enfrió el anuncio oficial que llegará en los próximos días.
El funcionario nacional habló de los plazos de la iniciativa y remarcó que apuntan a «darles todas las garantías» a los ahorristas que ingresen al sistema financiero los dólares guardados en el colchón, los cuales ayudarían a reestructurar la economía con una fuerte inyección de dólares que no serán investigados por su procedencia.
