En una jornada cargada de tensión política, el bloque del PRO quedó en evidencia tras mostrar profundas fracturas internas durante la votación del proyecto que establece un aumento en los haberes jubilatorios y un bono de entre 70 mil y 110 mil pesos para jubilados y pensionados.
Lejos de una postura unificada, los diputados del PRO votaron divididos, dejando al descubierto las disputas no resueltas entre los distintos sectores de la coalición. Por un lado, 22 legisladores alineados con Patricia Bullrich se opusieron al proyecto, acompañando la línea dura del Gobierno de Javier Milei, que considera que el incremento podría tener un impacto fiscal insostenible.
En contraste, nueve diputados más cercanos a Mauricio Macri optaron por la abstención, marcando distancia del oficialismo sin avalar abiertamente la iniciativa. Entre ellos estuvieron María Eugenia Vidal, Silvia Lospennato, Luciano Laspina, Germana Figueroa Casas y Ana Clara Romero, quienes evitaron tomar una posición definitiva en un tema que genera fuertes repercusiones sociales.
La sorpresa de la jornada fue el voto afirmativo del cordobés Héctor Baldassi, quien mantiene una relación política cercana a Horacio Rodríguez Larreta. Su apoyo al aumento jubilatorio lo dejó en una posición aislada dentro de la bancada. En tanto, el también larretista Álvaro González estuvo ausente, lo que alimentó rumores de un desencanto creciente dentro del espacio.
La división no fue exclusiva del PRO. En el bloque de la UCR, las posturas también se mostraron fragmentadas. Cuatro legisladores radicales –entre ellos Julio Cobos y Fabio Quetglas– votaron a favor del proyecto, mientras que otros nueve, incluido el presidente del bloque Rodrigo De Loredo, se abstuvieron, repitiendo la lógica de la grieta interna.
La votación dejó en claro que, en medio de un contexto económico crítico, los debates parlamentarios sobre el futuro de los jubilados no solo generan fricciones con el Ejecutivo, sino que exponen los conflictos irresueltos dentro de las propias fuerzas políticas.
Con la oposición buscando avanzar con medidas de recomposición social, y un oficialismo cada vez más firme en su rechazo a proyectos “fiscales irresponsables”, la fragmentación opositora podría jugar un papel clave en lo que viene: una pulseada que, más allá de los jubilados, pone en juego el equilibrio de poder dentro del Congreso.
