La venta de materiales básicos para construir viviendas o edificios sufrió una fuerte caída en mayo. De acuerdo al Índice Construya (IC), que releva la cantidad de insumos que compran los privados a las principales empresas del rubro en toda la Argentina, el retroceso fue del 12,1% en comparación con abril, una baja que preocupa a al sector de la construcción que todavía no logra recuperarse tras varios meses de parálisis.
El IC mide productos clave como ladrillos, cemento, cal, pinturas, sanitarios, griferías, cañerías, calefacción y materiales eléctricos, entre otros. Aunque en comparación con mayo del año pasado se registró una suba del 8,9%, los especialistas explican que ese crecimiento interanual no significa un repunte firme. “La demanda de insumos se está recuperando a un ritmo muy gradual”, aclararon desde el Grupo Construya. “Los despachos mensuales muestran una gran volatilidad. Solo si continúa el proceso de estabilización económica, la cadena de valor podría comenzar a crecer”.
En lo que va del año, el acumulado entre enero y mayo muestra un 10,5% más de ventas que en igual período de 2024. Sin embargo, ese número está muy influido por la base baja del año pasado y no refleja un movimiento sostenido. De hecho, la caída de mayo fue la más alta en varios meses, lo que genera dudas sobre la verdadera recuperación del sector.
Los empresarios de la construcción sufren la recesión y el estancamiento en el sector
Además, la sensación general dentro de la industria es que la actividad sigue estancada. Según una encuesta reciente del Grupo Construya, que consultó a más de 500 referentes del rubro, casi el 70% de los profesionales afirmó que su nivel de actividad cayó en el último año. Del total, un 46% dijo que su facturación se desplomó más de un 20%.
El relevamiento también mostró que otro 15% sufrió caídas del 10 al 20% y un 10% tuvo bajas menores. Solo el 16% sostuvo su actividad y apenas el 15% dijo haber crecido, aunque la mayoría de ese grupo lo hizo en porcentajes muy bajos.
El freno en las obras se relaciona, entre otras cosas, con la inflación acumulada, la suba de costos en materiales y la falta de previsibilidad. Muchos proyectos, sobre todo los que recién empezaban, se detuvieron o se ralentizaron por falta de inversión o por la retracción de los compradores, que ante la incertidumbre prefieren esperar.
Si bien hay expectativa por una posible reactivación si mejora la economía general, hoy el panorama del sector es inestable. La baja en las ventas de insumos de mayo funciona como un termómetro claro: la construcción todavía no arranca y necesita señales concretas para recuperarse.

