Ha quedado claro que LAM, el ciclo conducido por Ángel de Brito para América Tv, es uno de los programas más importantes de la televisión argentina. No solo sorprenden semana a semana a los televidentes con las más impactantes primicias del mundo del espectáculo, sino que además tienen toda la información de la farándula.
En esta oportunidad dejaron a todos helados con lo que dieron a conocer sobre una de las figuras más polémicas del mundo del espectáculo, Yuyito González. Tiene que ver con su hija, Brenda Di Aloy, y su nueva pareja. Según dio a conocer Pepe Ochoa en LAM, a la ex primera dama no le caería nada bien que la modelo salga con un hombre divorciado.
“Ella estuvo de novia hace un tiempo, la separación fue un tanto compleja y luego conoce a este hombre: divorciado, exitoso, dueño de un negocio. La madre no concibe que esté con un divorciado», anunció Pepe Ochoa a modo enigmático, delante de todas las angelitas que escuchaban atentamente.
Tras dar a conocer que se trataba de Brenda Di Aloy, Pepe Ochoa continuó con su relato y dio a conocer donde conoció esta a Sebastián Freidzon, el joven en cuestión. «Ella lo conoce en la Iglesia Rey de Reyes. La familia de él es dueña del templo. Pero Yuyito le dijo: ‘Usted, por nuestras creencias, no puede estar con un divorciado’”, apuntó.
Yuyito González se animó a abrir su corazón
Impactante fue lo que se animó a contar Yuyito González en una reciente entrevista: «Mi cabeza cambió. De 20 años a hoy empecé a ver mi trabajo diferente y doy gracias a Dios porque todo fue un crecimiento para mí. Nunca me quedé estancada en la sensualidad, en la sexualidad. Empecé a ver este tipo de trabajos desde otra óptica. Hoy no me cierra, no me gusta esa exposición».
«Me parece innecesaria. Entiendo que te pagan y que te pagan bien, pero hay un tema filosófico detrás de todo eso, sobre todo en la época de Playboy, que no va conmigo. No digo en las plataformas que presentan mujeres, porque tienen autonomía. Ellas dicen ‘lo hago, no lo hago, es mío, es mi negocio’», disparó sin reparos.
«Te puede no gustar o no lo haría. Pero no está mal. La persona se hace cargo. Es consciente de que ella es un negocio. En Playboy no, no tenías espíritu. Era ‘lo estoy haciendo para este señor, el dueño’. Lo veo como algo más de sometimiento, más con el discurso de que para ser una mujer reconocida, más que ninguna, tenías que salir en Playboy», agregó Yuyito González.
