El nombre de Facundo Jones Huala volvió a irrumpir en la agenda nacional. El controvertido referente mapuche fue detenido en El Bolsón por efectivos de la Policía Federal Argentina, en el marco de una causa que investiga una serie de delitos federales vinculados a la violencia en la región patagónica.
La captura, que tuvo lugar en la noche del domingo, fue ordenada por la Justicia Federal de San Carlos de Bariloche, tras una denuncia por apología del crimen, intimidación pública, e incitación a la violencia colectiva. El activista, señalado como uno de los líderes de la agrupación RAM (Resistencia Ancestral Mapuche), quedó a disposición del Ministerio Público Fiscal, mientras se evalúa la posibilidad de nuevos cargos por asociación ilícita.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, fue una de las primeras funcionarias en pronunciarse al respecto. “Jones Huala otra vez detenido por las fuerzas del orden. La RAM es una organización violenta y terrorista. Con nosotros no hay impunidad”, publicó en su cuenta oficial de la red social X, dejando en claro la postura del gobierno frente a los conflictos en el sur argentino.
Además, Bullrich agregó: “Los argentinos del sur merecen vivir en paz y que esta vez no lo suelten”. Su mensaje apunta directamente a decisiones judiciales anteriores que permitieron la liberación de Jones Huala, generando tensión entre el Ejecutivo y el Poder Judicial.
La Justicia vuelve a investigar su rol en hechos de violencia
La detención ocurre apenas cinco meses después de su última aprehensión, también en Río Negro, en el marco de una causa por violación a condiciones de libertad condicional. En esta ocasión, el expediente gira en torno a presuntos actos de intimidación colectiva y exaltación de la violencia, en un contexto donde las tensiones territoriales entre comunidades mapuches y propietarios privados no han cesado.
Los investigadores sostienen que Jones Huala habría participado en actividades públicas donde se incitó a la confrontación y se promovieron acciones contra el orden institucional. Según trascendió, los fiscales a cargo analizan material audiovisual y discursos que podrían incriminarlo directamente.
Un símbolo polémico
Para algunos sectores, Facundo Jones Huala representa la resistencia indígena frente al avance del Estado y los intereses inmobiliarios en zonas ancestrales. Para otros, es el rostro visible de una organización radicalizada que ha promovido actos de sabotaje, incendios y tomas violentas en la Patagonia.
Lo cierto es que su figura divide aguas, y cada uno de sus movimientos genera reacciones en cadena en los planos político, judicial y mediático.
Ahora, con una nueva detención en su haber, el destino judicial de Jones Huala vuelve a quedar en suspenso. La gran incógnita: ¿será esta vez definitiva?
