La ciudad de Mar del Plata amaneció este sábado en estado de alerta ante el anuncio de protestas y cortes de rutas impulsados por organizaciones kirchneristas, en rechazo al reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia que confirmó la condena a Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad.
Bajo la consigna “No hay democracia con proscripción”, los grupos convocantes adelantaron que se movilizarán hacia puntos estratégicos como la Ruta 2 —principal acceso a la ciudad— y el Puente Punta Iglesias, ubicado en pleno centro marplatense. La protesta coincide con el arranque del fin de semana largo, lo que generó preocupación entre comerciantes, hoteleros y autoridades municipales por el posible impacto en la actividad turística.
El intendente Guillermo Montenegro reaccionó con dureza en redes sociales. “Cortan el acceso pisando el fin de semana largo. Quieren tomar de rehén a Mar del Plata. NO JODAN A LA CIUDAD”, escribió en su cuenta de X (ex Twitter), marcando una clara postura ante lo que considera una amenaza al funcionamiento normal de la ciudad.
Desde el municipio informaron que los cortes no solo afectan la circulación, sino que también constituyen una “agresión directa al motor económico local”. Además, confirmaron que se presentará una denuncia penal por las pintadas aparecidas en la madrugada en el edificio del EMTur y en un local partidario de La Libertad Avanza.
“Todos saben de qué lado está parado”, afirmaron desde el entorno de Montenegro, aludiendo al compromiso del jefe comunal con el orden y la libre circulación. Si bien el intendente ha evitado pronunciarse sobre el contenido del fallo judicial contra Cristina Kirchner, su reacción ante estas protestas marca un cambio de tono político.
En paralelo, fuerzas de seguridad provincial y federal comenzaron a reforzar operativos de control en accesos y puntos clave, buscando evitar que los bloqueos paralicen la ciudad. La prioridad, según fuentes oficiales, es garantizar el ingreso de turistas y minimizar cualquier posible alteración del orden público.
La tensión se da en un contexto nacional cargado de polarización política y creciente movilización del peronismo tras la confirmación de la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos de la exmandataria. Mientras tanto, Mar del Plata —uno de los destinos turísticos más elegidos del país— se convierte en un epicentro inesperado del conflicto.