Iker Muniain tomó una decisión que sacudió a San Lorenzo y al fútbol argentino. El experimentado mediocampista español, que arribó con bombos y platillos hace apenas nueve meses, resolvió poner punto final a su carrera profesional. A los 32 años, regresará a Bilbao para reencontrarse con su familia y cerrar el capítulo más breve, pero intenso, de su trayectoria fuera de Europa.
Su arribo había generado grandes expectativas: un emblema del Athletic Bilbao, con una carrera íntegra en el club vasco, que rechazó ofertas millonarias de Arabia Saudita para cumplir su sueño de jugar en el fútbol argentino. Sin embargo, su estadía en el Ciclón duró apenas 26 partidos oficiales, en los que anotó cuatro goles y brindó una asistencia.
Una etapa corta y un adiós anticipado
La decisión de Muniain, según su entorno, está ligada a motivos personales. El futbolista ya no se sentía cómodo lejos de sus hijos, y optó por priorizar la vida familiar. Aunque aún no hubo comunicado oficial, de acuerdo a fuentes cercanas al club, «prepara una conferencia de prensa» donde confirmará su salida de San Lorenzo y su retiro definitivo del fútbol.
El vínculo emocional con el Athletic y su deseo de vivir en paz en su ciudad natal pesaron más que cualquier oferta deportiva o económica. De esta forma, el enganche cierra una carrera iniciada en 2009, marcada por su fidelidad al club vasco y un breve pero resonante paso por el fútbol argentino.
Un contexto delicado para San Lorenzo
La baja de Muniain se suma a otras salidas sensibles en el club de Boedo, que atraviesa un período de reestructuración profunda. Boca se llevó a su DT Miguel Ángel Russo y a uno de sus referentes en el campo, Malcom Braida. Como si fuera poco, el equipo aún no ha cerrado refuerzos y apostó por Damián Ayude, exentrenador de la reserva, como nuevo director técnico.
En ese escenario complejo, perder a su capitán y jugador más experimentado golpea aún más a un plantel que deberá reinventarse rápidamente para lo que resta del año. La salida de Muniain deja un hueco difícil de llenar, tanto en lo futbolístico como en lo simbólico.
Un retiro fiel a su estilo
Lejos de los grandes focos o giras de despedida, Muniain optó por una salida silenciosa, pero firme. Su paso por Argentina fue breve, pero dejó en claro su compromiso y profesionalismo. Ahora, su historia continuará en Bilbao, pero fuera de las canchas, con la satisfacción de haber cumplido un anhelo personal y, sobre todo, con la tranquilidad de volver a casa.
