La relación entre Javier Milei y Victoria Villarruel está tan mal que ni siquiera pueden hacer un acto juntos por el Día de la Bandera. Por primera vez, el presidente y la vicepresidenta van a conmemorar la fecha patria en lugares diferentes, rompiendo con la tradición de ir juntos a Rosario como hicieron el año pasado.
Fuentes cercanas al presidente le confirmaron a la agencia NA, que «el vínculo con Villarruel está roto y no hay posibilidades de arreglarlo en el corto plazo». La última vez que se vieron fue en el Te Deum del 25 de mayo, donde Milei la ignoró completamente y ni la saludó.
El economista libertario decidió no viajar a la ciudad santafesina y en su lugar armó su propio acto en Buenos Aires. A las 11 de la mañana estará en el Campo Argentino de Polo, donde hará el tradicional juramento a la bandera junto con su gabinete. Desde la Municipalidad de Rosario dijeron que el presidente rechazó la invitación por «problemas de agenda», pero nadie se la cree.
Villarruel, en cambio, sí viajó a Rosario para participar del acto oficial frente al Monumento a la Bandera. Aunque no está previsto que hable, va a estar presente en el izamiento de la bandera y en la jura de más de ocho mil alumnos de diez provincias. Es raro verla representando sola al gobierno nacional en un acto tan importante.
El faltazo de Milei puede tener que ver con que el próximo domingo 29 de junio hay elecciones en Santa Fe, y quizás no quiere mezclarse en la campaña provincial. Pero quienes conocen la interna del gobierno dicen que la verdadera razón es que no quiere estar en el mismo lugar que Villarruel.
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Hace pocas semanas, cuando un nene de 10 años le preguntó por qué no saludaba a Villarruel, el presidente le contestó: «¿Vos saludarías a un enemigo?». Cuando los periodistas le preguntaron a Villarruel si le parecía grave lo que había pasado, ella se hizo la desentendida: «No sé, hay que preguntárselo a él. Yo siempre saludo», respondió.
