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MUNDO

Israel se mantiene en alerta máxima ante posibles ataques terroristas coordinados por Irán

Hamas, Hezbollah y los hutíes permanecen inactivos, pero el Gobierno de Netanyahu refuerza la vigilancia ante una ofensiva en bloque.

Israel
Un misil israelí impactó la sede de la TV estatal iraní IRIB en plena transmisión en vivo. La señal se interrumpió y fue restablecida desde otro estudio.

El gobierno de Benjamín Netanyahu activó un amplio dispositivo de inteligencia y seguridad interna frente al temor de nuevos atentados perpetrados por Hamas, Hezbollah y los hutíes, organizaciones vinculadas directamente con el régimen iraní. Si bien estos grupos permanecen inactivos desde el ataque estadounidense a las plantas nucleares de Irán, Israel se mantiene en alerta máxima.

Tras los bombardeos contra las instalaciones de Fordow, Natanz e Isfahan, el gabinete de seguridad israelí analizó posibles respuestas por parte de Teherán y sus aliados. En ese contexto, la experiencia traumática del 7 de octubre de 2023 —cuando Hamas ejecutó un atentado masivo con la colaboración de Hezbollah y apoyo hutí— generó fuertes preocupaciones en Tel Aviv y Jerusalén.

Reacción israelí y despliegue militar

Desde el inicio del conflicto con Irán, Netanyahu ordenó a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) intensificar los patrullajes en las principales ciudades del país y restringir actividades públicas. La vigilancia se concentra especialmente en la frontera con Gaza, el norte de Israel y puntos estratégicos de Cisjordania.

La red de inteligencia israelí, compuesta por el Shin Bet, el Mossad, drones de vigilancia y tecnología satelital estadounidense, se activó para monitorear posibles movimientos sospechosos. Según un alto funcionario del entorno de Netanyahu, “llama la atención la pasividad de los grupos armados” tras la ofensiva liderada por Estados Unidos.

Las capacidades actuales de los grupos aliados de Irán

Las acciones militares desarrolladas en los últimos meses por Israel redujeron considerablemente la capacidad operativa de Hamas en Gaza, de Hezbollah en el sur del Líbano y de los hutíes en Yemen. No obstante, fuentes cercanas al primer ministro advierten que aún mantienen cierto poder de fuego.

“Algo todavía tienen, y por eso estamos en máxima alerta”, reconoció un asesor del mandatario. “Pero mi conclusión es que no quieren otra derrota militar y decidieron quedarse en la retaguardia”.

En la actualidad, Hamas todavía mantiene secuestrados a ciudadanos israelíes como rehenes desde 2023, mientras que Hezbollah sufrió severas bajas en su estructura militar y política tras los ataques de las FDI. Los hutíes, por su parte, perdieron bases logísticas y armamento provisto por Teherán.

Apoyo de Estados Unidos y preparación ante una escalada

La administración de Donald Trump ratificó su respaldo total a Israel. El Pentágono colabora en el esquema de defensa con asistencia técnica, equipamiento estratégico y coordinación con agencias de inteligencia.

Un eventual ataque conjunto de los tres grupos —bajo una orden directa de Irán— no puede ser descartado por el Gobierno israelí. Sin embargo, los analistas militares no observan señales concretas de una ofensiva inminente. La hipótesis de trabajo es que los aliados de Teherán han optado por mantenerse en silencio, aguardando una oportunidad más favorable.

Un conflicto latente que recién comienza

La capital israelí permanece en tensión. Las calles de Jerusalén amanecieron vacías tras el ataque aéreo de Irán, y el clima se mantuvo sombrío durante toda la jornada. La percepción general entre las autoridades locales es que la guerra contra los ayatollahs apenas comienza, y que el mayor desafío será anticiparse a los movimientos de sus milicias satélite.

Desde la Ciudad Vieja hasta el corazón institucional de Tel Aviv, el país se prepara para un escenario prolongado. La memoria de octubre está presente y la consigna es clara: no subestimar al enemigo.