Ha quedado claro que María Laura Santillán es una de las figuras más importantes de los medios de comunicación, y es que además de tener una larga trayectoria, destaca por su trabajo periodístico. También es de las conductoras más queridas por los televidentes, que siempre se encuentran deseosos de conocer más sobre su vida privada.
En una reciente entrevista finalmente se animó a abrir su corazón, y a 10 años de su diagnóstico por cáncer de mama, María Laura Santillán lo contó todo. “Yo siempre digo que el aro del corpiño me avisó. Parece loco. Me molestaba. Ahí fue que empecé a tocarlo y pronto noté algo durito, pero chico”, recordó la figura de LN+.
“Me lo miraba, creía que era un granito, alguna cosa interna, hasta que después de unas semanas, llamé a mi médico y le pedí una orden para hacerme una ecografía mamaria. Cuando me hacía el estudio, a la ecógrafa le cambió la cara. Me dijo que quería hablar con mi médico. Ahí nomás lo llamó por teléfono. De ese consultorio me fui shockeada rumbo a una farmacia porque me había indicado que me hiciera una punción”, siguió.
“Compré todo, volví y le dije que no quería hacérmela, que no iba a esperar un mes el resultado. Mi ginecólogo, Rolando Turrado, el obstetra del parto de mis hijas. ‘A la noche voy a tu casa’, me dijo. Estaba por viajar un mes a México, pero no dudó y pidió un quirófano para operarme. Así que la intervención la hicimos a los dos días sin la punción. Confié a ciegas en él con la teoría de que era algo maligno”, contó María Laura Santillán.
“La quimio fue fuerte porque, por más que te la hagan espléndidamente bien, es dura. Yo la transité en soledad, por decisión propia. Más allá de que estaba acompañada por amigas y por familia, cada día de quimio y el posterior prefería meterme adentro. Se te vienen pensamientos de adónde va a parar todo, que va a suceder si me ocurre algo, qué pasa con mis hijas, qué necesito prever…, cosas que nunca en la vida se te cruzan. Momentos de terror”, continuó.
“Una vez que me lo sacaron se hizo el estudio del tumor. El rango estaba en el medio entre hacer rayos o rayos y quimioterapia. Se podía elegir. ‘Démosle con todo’, fue la frase de mi oncólogo. El momento en el que te dicen que debés hacer quimioterapia es tremendo, como cuando te informan que tenés la enfermedad. Claro, la quimioterapia se asocia a la muerte, a un camino de ida y no de sanación. Fue el segundo shock. Pasa que después de que la atravesás no le tenés miedo a nada”, relató María Laura Santillán.
«Cuando me recuperé de la quimio en 2015 volví al ruedo, más allá de que nunca dejé de trabajar del todo porque me hacía bien. Todo terminó en 2020. Menos la vida: la vida sigue. Uno nunca imagina que puede tener una enfermedad como el cáncer. No está en tu cabeza, así como tampoco lo está el hecho de que te podés morir. El momento en el que te lo dicen es fuerte. Se trata de una enfermedad mortal. Las cosas, sin dudarlo, te cambian”, sentenció.
