Después de ocho días de intenso trabajo, el Gobierno finalizó el operativo de repatriación de los argentinos varados en Israel a causa del conflicto bélico con Irán. Se logró evacuar a 250 ciudadanos mediante tres vuelos especiales autorizados por las autoridades israelíes, organizados por el Estado argentino. El operativo fue resultado de una coordinación conjunta entre la Cancillería, el Ministerio de Seguridad y organismos consulares.
Evacuación con prioridad para los más vulnerables
La evacuación comenzó el lunes 23 de junio y se realizó en tres etapas consecutivas. Los vuelos partieron desde Tel Aviv rumbo a Roma gracias a un permiso especial, ya que el espacio aéreo estaba cerrado por la escalada militar. Desde la capital italiana, 201 personas regresaron al país en un vuelo de Aerolíneas Argentinas.
El Gobierno aplicó un criterio de priorización para los evacuados. Se dio preferencia a niños, adultos mayores y personas con discapacidad, en base a un protocolo “objetivo y transparente”. Entre los evacuados hubo 22 personas mayores de entre 75 y 93 años, 14 niños menores de 13, y madres con bebés pequeños. También se asistió a siete menores no acompañados.
El operativo contó con el respaldo directo del presidente Javier Milei y el trabajo coordinado de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, el canciller Gerardo Werthein y el ministro de Defensa, Luis Petri. La conducción estuvo a cargo de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, junto al equipo diplomático y de Defensa.
Cooperación diplomática y regreso seguro
Desde Israel, el embajador Axel Wahnish acompañó el proceso en cada una de las salidas desde Tel Aviv. El personal diplomático brindó contención directa a las familias, mientras que en Roma las autoridades consulares facilitaron el tránsito hacia Buenos Aires. La embajada argentina en Italia organizó la logística final, incluidos traslados y alojamiento para los evacuados.
El Gobierno de Javier Milei agradeció especialmente la cooperación de Israel, en particular al canciller Gideon Sa’ar y la ministra de Transporte Miri Regev, quienes facilitaron los permisos necesarios. La relación bilateral resultó clave para que se concretara la repatriación en un contexto de guerra.
Los vuelos se completaron sin inconvenientes. El operativo respetó estrictos protocolos de seguridad y asistencia sanitaria. La repatriación fue activada tras el inicio de hostilidades entre Israel e Irán, que incluyó bombardeos y víctimas civiles. Ante el cierre del espacio aéreo, la Cancillería implementó un plan de emergencia para asistir a los argentinos atrapados en zona de conflicto, muchos de ellos por turismo, trabajo o motivos religiosos.
El arribo a Ezeiza fue coordinado por personal del Ministerio de Seguridad y de la Cancillería. Allí se completaron los controles migratorios y sanitarios. El cierre del operativo marcó el regreso seguro de los argentinos que lograron abandonar la zona en conflicto tras días de angustia y espera, gracias al despliegue diplomático y la cooperación internacional.
