En las últimas semanas se evidenció una pausa en el proceso de apreciación del tipo de cambio, uno de los factores que había sostenido el clima de calma financiera durante el primer semestre. Desde que se aplicó el sistema de flotación cambiaria con bandas, el peso dejó de ganar valor frente al dólar, incluso con una inflación en descenso que marcó 1,5% en mayo.
Sin embargo, el dato que encendió las alarmas fue el déficit de cuenta corriente del primer trimestre, que superó los USD 5.100 millones. Se trata del primer rojo significativo desde que Javier Milei asumió la Presidencia, y responde a dos factores centrales: el salto en las importaciones producto de la reactivación económica, y un fuerte aumento en los viajes al exterior.
Turismo y consumo en dólares
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, relativizó la preocupación: «Los dólares gastados en el exterior son de los argentinos, no del Estado». El rubro “Viajes” marcó un déficit récord de USD 3.464 millones, con una diferencia negativa de casi seis millones de turistas en el balance entre salidas e ingresos al país, solo entre enero y mayo.
Milei también se refirió al fenómeno y lo defendió como una expresión de libertad individual: «Prefieren que se ganen sueldos miserables así no se puede salir a ningún lado».
¿Cambio de tendencia?
Pese a que la inflación continúa en niveles bajos, junio mostraría un leve repunte. Varias consultoras estiman que se acercará al 2%. El tipo de cambio real multilateral, según datos del Banco Central, subió un 10% desde que se implementó la flotación, lo que indicaría que la economía dejó de encarecerse en dólares.
No obstante, con la llegada de julio, se anticipa una menor oferta de divisas por razones estacionales y por el fin del régimen de retenciones reducidas para la soja. A esto se sumaría la tradicional demanda preelectoral, lo que podría presionar nuevamente sobre el dólar.
El plan del Gobierno: sostener reservas
Desde el equipo económico aseguran que el déficit de cuenta corriente no es alarmante. José Luis Daza, secretario de Política Económica, estimó que el rojo rondará apenas el 2% del PBI en 2025. Además, destacó que gran parte del aumento en importaciones responde a la recuperación de la actividad.
El Gobierno apuesta a que los dólares que salen por cuenta corriente se compensen con ingresos de la cuenta capital. Vladimir Werning, vicepresidente del Banco Central, adelantó que se trabaja en alternativas como colocaciones de bonos, acuerdos con bancos internacionales y compras del Tesoro, que elevaron las reservas a USD 41.400 millones.
Perspectiva de los mercados
A pesar de que en lo inmediato el Gobierno prioriza el descenso de la inflación, los analistas señalan que después de las elecciones podría cambiar la estrategia. La consultora Invecq advirtió que si bien el Ejecutivo no muestra preocupación pública por las reservas o el tipo de cambio real, podría adoptar una postura más intervencionista a fin de año.
El riesgo país se mantiene cerca de los 700 puntos, con expectativas de baja hacia los 500 en caso de que se concrete un buen resultado electoral. La próxima semana el Gobierno afrontará pagos de deuda por más de USD 4.000 millones, lo que podría mejorar la percepción de solvencia si parte de esos fondos se reinvierte en el mercado local.
Rebote financiero en pausa
Tras un 2023 positivo, los activos financieros locales enfrentaron una primera mitad de año más volátil. El índice Merval en dólares perdió casi 25% en lo que va de 2025, en contraste con el rendimiento de los mercados regionales. También se desaceleró el repunte de los bonos soberanos, que habían duplicado su valor el año anterior.
De cara al segundo semestre, el Gobierno necesita mostrar avances concretos en acumulación de reservas, desinflación sostenida y previsibilidad política para reconquistar el interés de los inversores. Las elecciones de octubre serán determinantes para el rumbo económico del país.