Fabiola Yáñez, expareja de Alberto Fernández, pedirá a la Justicia que le otorguen 12 años de prisión al exmandatario por el caso de violencia de género contra ella. El fiscal Ramiro González dio por terminada la etapa de investigación y le solicitó al juez Julián Ercolini que avance hacia el juicio oral porque ya recolectaron las pruebas suficientes para confirmar que los golpes, amenazas y violencia psicológica existieron.
El expresidente está procesado por dos hechos de lesiones leves y un hecho de lesiones graves, doblemente agravados por el vínculo, abuso de poder y autoridad, y amenazas coactivas. La defensa de Fabiola Yáñez sostiene que, sumando todos los hechos comprobados, más las amenazas coactivas, le correspondería 12 años de prisión, que en este caso es lo máximo posible para pedir.
Tras la recolección de las pruebas, el fiscal del caso consideró que existió «un contexto de violencia de género signado por la particular relación asimétrica de poder con el agresor. Por lo menos desde el año 2016 hasta que se formalizó la denuncia, Alberto Fernández ejerció de un modo sistemático violencia psicológica contra Fabiola Yáñez bajo las formas de acosos, hostigamientos, controles, indiferencia, insultos, culpabilización, destrato, retiro de la palabra, ninguneos y hostilidad».
La última prueba que se incluyó en la causa para dar por terminada la instrucción es la copia forense del teléfono y la tablet que usaba el expresidente. A su vez, se rechazaron algunas declaraciones indagatorias solicitadas por al defensa del extitular del PJ para no seguir extendiendo el caso y porque consideraron «absurdos» algunos testimonios que no iban a modificar la causa.
La defensa de Alberto Fernández
Por su parte, el expresidente de la nación negó que existiera una relación desigual entre las partes y que él le haya pegado a la madre de su hijo Francisco. De hecho, sostuvo que los moretones que mostró la exprimera dama en fotos fueron producto de golpes que ella misma se realizó en estado de ebriedad, una condición que remarcó el extitular del PJ que nunca quiso ser tratada de parte de la periodista.
«En los momentos de embriaguez, ella se ponía violenta, me atacaba con una fuerza singular. Yo solo atinaba a atajar sus manos para evitar sus golpes. Las barbaridades que decía en ese contexto prefiero no volcarlas en estas páginas tratando de preservarme ante tan nefasto recuerdo», aseguró Fernández por medio de un escrito.