Al hablar de figuras mundiales del deporte, pocos nombres tienen tanta relevancia como Cristiano Ronaldo y Kevin Durant. Uno ha dominado el fútbol durante dos décadas, mientras que el otro es un ídolo de la NBA con dos anillos y una carrera excepcional. Sin embargo, si nos referimos a ingresos anuales, la balanza claramente se inclina a un lado.
Cristiano Ronaldo y su salario millonario
Con su reciente renovación con Al-Nassr hasta 2027, Cristiano Ronaldo se convierte en el atleta mejor pagado del mundo. Según un artículo de The Sun, el astro portugués recibirá un salario anual de 245 millones de dólares, lo que representaría una ganancia cercana a los 500 millones de dólares por las dos temporadas que abarca el contrato.
Esta cantidad abarca su salario base, incentivos y otras ventajas, fortaleciendo su posición como uno de los atletas más rentables en la historia. Al referirnos a sueldos astronómicos e impactos comerciales mediáticos, Cristiano Ronaldo es el número 1 en ese rubro.
Kevin Durant y su destacable carrera en la NBA
En cuanto a Kevin Durant, que ha tenido una trayectoria sobresaliente en la NBA tras jugar en equipos como Oklahoma City Thunder, Golden State Warriors, Brooklyn Nets y Phoenix Suns, fue traspasado a los Houston Rockets. El alero es considerado como uno de los jugadores más destacados de su generación, con sus dos campeonatos de la NBA en su palmarés.
Durant mantiene acuerdos y patrocinios que lo sitúan como uno de los deportistas mejor remunerados a nivel mundial. Sus ingresos anuales oscilan entre los 46 millones de dólares; sin embargo, si a esto le sumamos sus patrocinios y convenios de negocio, sus ganancias totales podrían exceder los 80 millones al año.
Diferencias salariales abismales
Esta disparidad en los ingresos no solo evidencia la envergadura del acuerdo de Cristiano Ronaldo con Al-Nassr, sino también la manera en que el mercado del fútbol saudí ha incrementado los niveles salariales a nivel mundial en años recientes. Entre tanto, Durant continúa fortaleciendo su trayectoria en la NBA, un contexto con restricciones salariales más rigurosas pero con grandes posibilidades comerciales fuera del campo.