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SOCIEDAD

Los secretos y desafíos de las vides entrenadas en vaso

Se trata de una técnica de cultivo que, para muchos, ha quedado obsoleta pero que, sin embargo, aún conserva férreos defensores quienes aseguran que vale la pena.

Vides entrenadas en vaso

Las vides entrenadas en vaso son raras de ver pero pueden encontrarse en algunos rincones del Valle de Napa, y en Lodi, junto con las zonas áridas de España. Se trata de vides viejas y nudosas, plantadas hace 60, 70 u 80 años, fuertes y robustas. Florecen y se curvan en la tierra sin las ataduras de alambres ni tutores. Son vides independientes, con forma de arbusto, que, como dirán los viticultores, son increíblemente difíciles de trabajar.

Pero las vides entrenadas en vaso resultan mágicas para quienes se dejan llevar por sus hechizos. «No es la mejor opción económicamente, pero produce mejor vino«, dice Steven Rasmussen, propietario de Palisades Canyon en Napa. Las vides entrenadas en vaso, conocidas como también como vides en vaso o en arbusto, son vides que se podan y cultivan de forma tal que los brazos se curvan hacia afuera, como una copa de vino. Parecen casi arbustos, con troncos gruesos y perfiles bajos.

Estas vides resultan un verdadero trabajo hecho con cariño, o, como dirían algunos enólogos, un fastidio. Requieren mucho tiempo, son costosas y, en el mejor de los casos, volubles. Las vides entrenadas en vaso que quedan están al cuidado de viticultores dedicados que creen que este método produce vinos superiores. “Me encanta trabajar con vides entrenadas en vaso, aunque son las más difíciles de manejar”, ??dice Scott Kirkpatrick, director de enología de Dancing Crow Vineyards en Hopland, California. “Son impredecibles: tenés el mínimo control posible. No puedo catar el viñedo, así que no hay forma de percibir el azúcar”. De modo tal que deja que su Zinfandel madure más de lo que le gustaría antes de la cosecha para compensar la pérdida de las variedades más lentas del viñedo. “Ese es el truco con nuestras viñas viejas: nada sería excelente por sí solo. Cuando se unen, se vuelven realmente especiales”.

El ascenso y la caída

Aunque antiguamente se encontraban por toda California, las vides entrenadas en vaso han caído en desuso. Muchos vinicultores las consideran demasiado costosas de mantener y con un rendimiento demasiado bajo para que sean viables. En 1871, el colono escocés James Horn llegó al Cañón Palisades de Calistoga y plantó una hectárea y media de vides arbustivas.

El inmigrante italiano Domenico Barberis tomó el control 20 años después; entonces, llegó la Ley Seca. De manera oficial, elaboraba vino sacramental. Extraoficialmente, contribuía a la industria alcohólica clandestina de Calistoga. El Servicio Interno de Rentas finalmente lo descubrió y su bodega se vio obligada a cerrar, aunque siguieron cuidando las vides y vendiendo las uvas en otros lugares. Con el paso de los años, las vides arbustivas fueron reemplazadas casi por completo por vides flexibles entrenadas con alambre, con excepción de algunas vides de Petite Sirah.

Luego, los enólogos Felicia Woytak y Steven Rasmussen se instalaron. Ellos quitaron las espalderas, plantaron Chenin Blanc, Petite Sirah, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc y las transformaron en vides en vaso. Hubo una época en que prácticamente todos los viñedos del Valle de Napa se parecían a los suyos. Ahora, son uno de los pocos viñedos entrenados en vaso que quedan en el valle. Los viñedos Old Stake de Dancing Crow, ubicados en lo alto de la región volcánica del Condado de Lake, en California, se plantaron con vides conducidas en copa mucho antes de la Prohibición. Hay 24 variedades diferentes que salpican el viñedo, incluyendo Alicante Bouschet, un toque de Cabernet Sauvignon y una buena dosis de Zinfandel. Todas se cosechan y fermentan juntas.

El contexto histórico

En 1901, los inmigrantes italianos llegaban a una zona desconocida. Al no haber ningún vivero en las inmediaciones donde se puedan comprar diez mil vides de Cabernet, de modo que se adoptan todos los esquejes posibles. Por otro lado no se sabe qué plagas hay en la zona. No se sabe la situación de las heladas ni la incidencia del mildiu. Se plantan tantas cosas como se puede para que, si surge un problema grave con una, no se afecte de manera significativa.

Asimismo, era muy italiano el plantar variedades blancas junto con las tintas; traía buena suerte, pero también aportaba acidez a los vinos. 120 años después, estas históricas vides conducidas en vaso siguen prosperando. Sirven de aula para Simonit y Sirch, maestros podadores de clientes como Château Latour, Corison, Domaine Leflaive y Château d’Yquem, quienes enseñan a la próxima generación los beneficios de la poda estrecha y las vides entrenadas en vaso. «Aún no hay datos fiables», afirma Kirkpatrick, «pero están observando mejores taninos, mejores fenólicos y una química de la uva mucho mejor«.