Este jueves, el oficialismo denunció una avanzada del kirchnerismo que podría derivar en una ruptura institucional en el Senado. La maniobra, liderada por José Mayans y su bloque, busca iniciar una sesión sin convocatoria formal de la Presidencia, lo que desde el Gobierno fue calificado como un intento de «golpe institucional» contra la autoridad de Victoria Villarruel.
La sesión, prevista para iniciar las 14, tiene como origen una autoconvocatoria opositora que no cuenta con el aval reglamentario de la vicepresidencia de la Cámara alta. Pese a ello, los senadores de Unión por la Patria (UP) aseguraron que alcanzarán el quórum con mayoría simple, lo que generó un fuerte cruce con el oficialismo.
Desde el Ejecutivo, funcionarios de primera línea rechazaron la iniciativa. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, fue categórica: «Están planteando un golpe institucional y llevarse puesto al Senado». El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se expresó en la misma línea: «Es una especie de sesión autoconvocada para tratar leyes que afectan el equilibrio fiscal. Claramente es irregular».
¿Qué está en juego en la sesión?
El conflicto gira en torno al orden de tratamiento de distintos proyectos. Mientras el kirchnerismo busca imponer primero la ley de emergencia en discapacidad, la recomposición jubilatoria y la moratoria previsional, los gobernadores -incluso algunos de Juntos por el Cambio- intentan asegurar la aprobación de reformas relacionadas con la coparticipación del Fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y cambios al impuesto a los combustibles.
Sin embargo, desde el bloque K ya advirtieron que no acompañarán esas iniciativas si antes no se aprueban las leyes sociales que vienen de Diputados. La pulseada, entonces, se proyecta con final incierto y una escalada de tensión entre el Congreso y la Casa Rosada.
Una jugada que desafía a Villarruel
El carácter excepcional de la convocatoria opositora también quedó en evidencia por la ausencia inicial de Victoria Villarruel. En su lugar, la sesión será abierta por la senadora Silvia Sapag, del Frente de Todos, en su rol de vicepresidenta del cuerpo. Recién una vez comenzado el debate, Villarruel asumiría su lugar como titular del Senado.
La situación no tiene antecedentes recientes. Voces de peso en el Congreso señalaron que no recuerdan sesiones iniciadas sin autorización de la Presidencia, lo que refuerza la gravedad institucional de lo que podría ocurrir esta tarde. “La mayoría no puede imponerse por fuera del reglamento”, remarcaron desde el entorno de Villarruel.
En el oficialismo sostienen que una convocatoria de este tipo requeriría dos tercios de los senadores para abrir formalmente el debate. Desde UP, en cambio, insisten en que basta con 37 presentes para habilitar el quórum ordinario. La interpretación reglamentaria será, sin dudas, uno de los focos del conflicto.
Milei y el trasfondo económico del choque
El trasfondo político también es económico. Ayer, el presidente Javier Milei fue tajante al señalar que los gobernadores y el kirchnerismo buscan “romper todo” y “destruir al Gobierno”. Durante una entrevista con El Observador, explicó que “la recaudación a los gobernadores les viene creciendo entre 7 y 8%” y que “no corresponde lo que están pidiendo”.
El mandatario rechazó el intento de modificar la distribución de fondos coparticipables y se mostró convencido de que hay una operación para sabotear los avances económicos del Ejecutivo. “Partieron de una situación de equilibrio y ahora, con el IVA, la recaudación creció. No tienen razón. Quieren destruir al Gobierno nacional”, sentenció.