En medio de una creciente ola de críticas por la sobrecarga de partidos en el calendario internacional, la FIFA finalmente cedió terreno. Tras una reunión clave celebrada en Nueva York junto a los principales sindicatos de futbolistas, el organismo que regula el fútbol mundial anunció una serie de medidas inéditas que buscan priorizar el bienestar físico y mental de los jugadores.
A través de un comunicado oficial, la entidad presidida por Gianni Infantino confirmó la implementación de al menos 72 horas de descanso entre partidos y un período obligatorio de vacaciones de 21 días al finalizar cada temporada. El texto también subraya que este tiempo libre deberá ser coordinado entre los clubes y sus jugadores, teniendo en cuenta la carga de encuentros y los convenios colectivos vigentes en cada país.
Menos partidos, más descanso: el reclamo empieza a surtir efecto
La reunión no se limitó a pautas de descanso: también se definió que cada jugador deberá tener un día libre por semana, algo que hasta ahora no era una garantía real en muchas competencias. Además, se puso sobre la mesa un aspecto vital: el impacto de los vuelos intercontinentales en el rendimiento y salud de los futbolistas. Por eso, el próximo Calendario Internacional de Partidos (CIP) tendrá que considerar tanto los desplazamientos largos como las condiciones climáticas en cada sede.
Desde la FIFA aclararon que estas medidas forman parte de un enfoque más pragmático en la organización de competencias, en un intento por evitar nuevas crisis sanitarias o físicas entre los deportistas de élite. El fútbol moderno exige cada vez más, y la respuesta institucional ya no podía seguir postergándose.
Futuro del sistema, fútbol femenino y derechos laborales
El encuentro en Nueva York también abordó otras temáticas cruciales. Entre ellas se destacaron el impulso del fútbol femenino, la necesidad de reformar el sistema de transferencias y de garantizar el pago en tiempo y forma de los salarios. También se enfatizó en la creación de políticas que aseguren el respeto por los derechos laborales, combatiendo la discriminación, el acoso y promoviendo la igualdad de condiciones en todos los ámbitos del deporte.
Estas decisiones representan un giro en la postura de la FIFA, muchas veces criticada por priorizar los negocios y las audiencias televisivas por sobre la integridad de sus protagonistas. Ahora, al menos en los papeles, el jugador vuelve a estar en el centro de la escena.
Francia alzó la voz contra Infantino en plena competencia
Una de las presiones más fuertes provino del sindicato francés de jugadores, que, junto a la FIFPRO, emitió una carta durísima contra el presidente de la FIFA mientras se disputaba el Mundial de Clubes. En el texto, criticaron sin filtro el desinterés por la salud de los futbolistas y la voracidad comercial de la organización.
“Desde lo alto de su torre de marfil, al presidente de la FIFA no le preocupa el destino que el calendario internacional reserva para los principales jugadores del juego. Su Mundial de Clubes demuestra, hasta el punto del absurdo, que es urgente detener este juego de masacre”, denunció el sindicato francés, en uno de los comunicados más duros que se recuerden en años recientes.
Un paso hacia el equilibrio entre negocio y salud
La controversia que rodeó al nuevo Mundial de Clubes expuso una tensión cada vez más visible: la lucha entre el negocio global del fútbol y la protección de quienes lo hacen posible. El nuevo acuerdo no resuelve todo, pero marca un precedente. Por primera vez en mucho tiempo, los futbolistas lograron que se escuche su voz en los despachos donde se decide el futuro del deporte.