Con la voz quebrada, la periodista Julia Mengolini relató en el Congreso lo que definió como una “tortura digital”. Denunció una campaña de odio y mentiras, con videos creados con inteligencia artificial, que la vinculan en una relación incestuosa con su hermano. Señaló directamente al presidente Javier Milei, quien replicó ese contenido desde su cuenta oficial, como parte de una maniobra coordinada desde las más altas esferas del Estado.
Convocada por la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados, Mengolini explicó que esta ofensiva no solo fue sostenida por trolls, sino también por medios de comunicación que se hicieron eco del contenido. “Hacen de mí un personaje siniestro y contradictorio, que genera repulsión en el público”, lamentó.
Campaña sostenida y ataques con inteligencia artificial
La periodista describió con detalles cómo se diseñó la ofensiva: “Durante dos semanas armaron videos con IA, algunos de tono más naif donde me beso con mi hermano, y otros de carácter pornográfico”. Según explicó, esos materiales se difundieron por Telegram, Reddit y otras plataformas digitales.
Aseguró que los efectos fueron devastadores: “Mientras no llegaba el respaldo, me sentí muy sola y mortificada”, confesó. Además de los videos falsos, mencionó que recibe amenazas violentas en su correo electrónico y redes sociales. “Esto no es una teoría conspirativa”, aclaró. “En 48 horas, el presidente hizo 93 retuits que promovieron directamente esta campaña”.
Denuncia penal, custodia y botón antipánico
Durante su exposición, Mengolini anunció que presentó una denuncia penal contra Milei, la diputada Lilia Lemoine, el influencer “Gordo Dan” y otras figuras del espacio libertario. “Son muchos los delitos, los implicados y las pruebas también. Queremos sentar un precedente jurídico”, sostuvo.
La denuncia ya tuvo consecuencias: un juez le asignó custodia personal las 24 horas, además de una posta fija en la puerta de su casa y en la sede de Futurock, la radio donde trabaja. También le fue entregado un botón antipánico. Si bien valoró esas medidas, reconoció que le generan angustia: “A mí me gusta caminar tranquila, llevar a mi hija al jardín. Tener un custodio encima es algo que nunca imaginé que me iba a pasar”.
En el cierre de su testimonio, Julia Mengolini agradeció los apoyos recibidos y aseguró que seguirá adelante. “Me tiembla la voz, pero no las convicciones”, concluyó.