A 31 años del atentado terrorista contra la sede de la AMIA, el reclamo por justicia volvió a resonar con fuerza en el acto central realizado este jueves en Pasteur 633. Con la presencia del presidente Javier Milei y parte de su gabinete, el titular de la mutual judía, Osvaldo Armoza, fue el principal orador de una ceremonia atravesada por el pedido de verdad, memoria y condena a la impunidad.
«¿En esta causa también deberán pasar 30 años? ¿Qué esperan? Si tienen impedimentos, ¡denúncienlos! El silencio es complicidad», lanzó Armoza, al dirigirse directamente al fiscal Eduardo Taiano y al juez Julián Ercolini, quienes tienen a cargo la investigación por la muerte del fiscal Alberto Nisman.
Un mensaje directo y sin eufemismos
Durante su alocución, el presidente de la AMIA señaló que el ataque del 18 de julio de 1994, que dejó 85 muertos y más de 300 heridos, fue planificado por el régimen iraní y ejecutado por Hezbollah. Recordó que la Justicia argentina así lo estableció, y que las alertas rojas emitidas por Interpol siguen vigentes para capturar a los imputados.
«Pasaron 31 años de una mañana que abrió las puertas a la noche más oscura. 31 años de un instante que cambió para siempre nuestras vidas», expresó Armoza, antes de remarcar que la reciente decisión de la Cámara de Casación Penal volvió a confirmar la responsabilidad de Irán y Hezbollah no solo en este ataque, sino también en el atentado a la embajada de Israel en 1992.
Infiltración iraní y silencio regional
Uno de los pasajes más duros del discurso estuvo dedicado a la creciente influencia de Irán en América Latina. Armoza cuestionó la falta de reacción de los gobiernos de la región ante la «expansión de una red clandestina montada desde Teherán», y puso como ejemplos el caso del avión venezolano-iraní detenido en Ezeiza en 2022 y el reciente acuerdo militar entre Bolivia e Irán.
El titular de la AMIA también recordó el dictamen del fiscal Nisman de 2013, en el que detallaba la estructura terrorista montada por Irán y Hezbollah en la región. «La amenaza está viva, activa y se adapta a las condiciones de cada época», advirtió, y reclamó que toda América Latina designe a Hezbollah como grupo terrorista, congele sus activos e impida su operación.
Reclamos puntuales al Poder Judicial
Además de exigir celeridad en las causas abiertas, Armoza apuntó contra los fiscales Basso, Miranda y Ouviña. A este último lo acusó de «pasividad» en la tarea de analizar la documentación de la ex SIDE, ahora en poder del Ministerio Público Fiscal. «Si no se acelera ese proceso, pasarán otras tres décadas antes de conocer algún resultado», lamentó.
También criticó que los archivos de inteligencia estén almacenados en un edificio con «asbesto, peligro de derrumbe y aire tóxico», y pidió al Procurador General y a la Corte Suprema que resuelvan el recurso presentado por las querellas contra la absolución de Carlos Telleldín, quien había sido señalado como el último poseedor de la camioneta bomba.
Nisman, Hamás y el contexto internacional
La figura de Alberto Nisman fue otro de los ejes centrales del acto. Armoza lo recordó como «un fiscal valiente que aportó elementos clave a la causa», y denunció la impunidad en torno a su muerte, ocurrida en 2015, poco después de acusar a la expresidenta Cristina Kirchner por encubrimiento. «Su asesinato, en oscuras circunstancias, también es una herida abierta», sostuvo.
También condenó el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 contra Israel y denunció el crecimiento del antisemitismo en el mundo, incluyendo universidades, redes sociales y parlamentos. «No hablamos de críticas a Israel, que son legítimas, sino de discursos que glorifican la violencia y demonizan a los judíos», diferenció.
Finalmente, exigió la liberación de los 50 rehenes israelíes que aún permanecen cautivos en Gaza. Y celebró la postura del gobierno de Milei: «Argentina se ha parado en el lugar correcto de la historia, respaldando con claridad a Israel en su derecho a defenderse».
Una conclusión sin resignación
El acto culminó con un mensaje de resistencia: «Todavía no vencimos a la impunidad, pero no lograron callarnos. Seguimos de pie, unidos en memoria de las víctimas y con la esperanza de que la justicia, algún día, llegue», cerró Armoza ante los asistentes que colmaron la calle Pasteur.