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DEPORTES

Un largo recorrido: así fue el camino de los finalistas del Mundial de Clubes

La competencia más esperada del año para la comunidad futbolera llegará a su fin, con el encuentro definitorio como clímax.

Mundial de Clubes

Dentro de muy poco tiempo se disputará el esperado partido final del Mundial de Clubes de la FIFA. La competencia más esperada del año para la comunidad futbolera llegará a su fin, con el encuentro definitorio como clímax. El escenario será el ideal, con Nueva York, sus rascacielos y su cultura, como anfitriona. Y los contendientes, dos verdaderos grandes del fútbol europeo: Paris Saint-Germain y Chelsea.

Esta edición del torneo marcó un antes y un después: resultó la primera en contar con 32 equipos, replicando el formato de una Copa del Mundo de selecciones, y fue también la más ambiciosa en términos económicos, con un premio que repartía mil millones de dólares.

En ese contexto, PSG y Chelsea fueron capaces de sortear obstáculos, mostrar jerarquía y llegar a la definición con autoridad. Este es el camino que los llevó hasta la gran cita del 13 de julio en el MetLife Stadium.

PSG y una trayectoria sólida

Situado en el Grupo B, considerado uno de los más dificultosos de la fase inicial, el PSG coincidió con Atlético de Madrid, Botafogo y Seattle Sounders.

Desde el primer partido dejó en claro su jerarquía al golear 4-0 al Atlético de Madrid, en una de sus mejores actuaciones del torneo. Acto seguido, cayó derrotado por la mínima ante el Botafogo (una de las sorpresas del Mundial de Clubes) y acabó su participación en la fase de grupos superando a Seattle por 2-0, lo que aseguró el primer puesto.

En octavos de final enfrentó al Inter Miami, imponiéndose 4-0 en un duelo completamente dominado por el equipo francés. En cuartos de final, venció al Bayern Munich con un sólido 2-0, mostrando no solo superioridad técnica sino también madurez táctica. Ya en semifinales, fue protagonista de un triunfo histórico: goleó 4-0 al Real Madrid en Nueva Jersey.

Con la conducción de Luis Enrique, el PSG evolucionó partido a partido. El técnico español buscó un fútbol dinámico, con presión alta, circulación fluida y protagonismo compartido. La fortaleza del equipo no estuvo en una estrella puntual, sino en el colectivo: mediocampistas con buen pie como Vitinha, Ugarte y Ruiz; extremos verticales como Dembélé y Barcola; y una defensa que se sostuvo firme en cada instancia (solo recibió un gol en todo el torneo).

El PSG pudo alcanzar la final con autoridad y con una idea de juego bien decidida.

El retorno del Chelsea

El Chelsea de Enzo Maresca llegó al Mundial de Clubes con un doble desafío: competir al máximo nivel internacional y recuperar el prestigio tras campañas irregulares en la Premier League.

El técnico nacido en Italia, influenciado por el estilo de juego de Pep Guardiola, construyó un equipo con buena salida desde el arco propio, circulación paciente y transiciones veloces. A pesar de su falta de experiencia, Chelsea mostró personalidad desde el inicio.

En la fase de grupos formó parte del Grupo D, junto a Flamengo (Brasil), Espérance de Tunis (Túnez) y Los Angeles FC (Estados Unidos). El debut fue contundente: victoria 2-0 sobre LAFC en Atlanta. En el segundo encuentro, fue derrotado 3-1 frente a Flamengo, en un duelo muy físico y con desajustes defensivos. De todos modos, se recuperó con una contundente goleada 3-0 sobre Espérance, lo que le dio la oportunidad de clasificarse a octavos de final en el segundo lugar del grupo.

En octavos, jugó con el Benfica. Fue un partido desafiante: tras empatar 2-2 en los 90 minutos, Chelsea se impuso 4-2 en tiempo suplementario. En cuartos de final, repitió el nivel ante Palmeiras, ganando 2-1 en una actuación no tan convincente, con protagonismo ofensivo de Joao Félix y conducción de Enzo Fernández en la mitad de cancha.

En semifinales, jugó contra el sudamericano que más lejos llegó, Fluminense, al que derrotó 2-0 con autoridad. Joao Pedro y Reece James marcaron los goles que sellaron la clasificación a la definición. El equipo inglés mostró orden, disciplina táctica y buena lectura de partido, cualidades que su entrenador supo instalar desde el inicio del torneo.

Chelsea arriba a la definición mostrando un fútbol equilibrado y eficaz. La combinación de juventud, trabajo táctico y efectividad lo transforma en un rival muy peligroso para cualquier equipo.

Dos caminos distintos, pero con el mismo objetivo en la mira

Tanto PSG como Chelsea llegaron a la final con estilos distintos, pero con un punto en común: supieron adaptarse a las exigencias del nuevo formato. En un torneo comprimido, con duelos cada tres o cuatro días y temperaturas altas en varias sedes, la capacidad de rotación y la lectura táctica fueron claves. El PSG fue más contundente y goleador, al tiempo que Chelsea se destacó por su orden a la hora de jugar.

La final enfrenta a dos proyectos que buscan coronarse. PSG quiere por fin alzar su segundo título internacional de peso tras la obtención de la Champions. Chelsea, en cambio, aspira a repetir el gran hito de 2021 y demostrar que puede volver a estar en la cima del fútbol mundial pese a los vaivenes institucionales.

La definición entre PSG y Chelsea será también una muestra del dominio europeo en el fútbol de clubes. Pese al crecimiento de equipos sudamericanos, africanos y asiáticos, la diferencia en recursos económicos y de infraestructura sigue marcando la pauta. Sin embargo, lo que sí cambió fue el formato: ahora hay más exposición, más presión y más desgaste físico, algo que iguala en parte las condiciones.

En lo comercial, esta final también será un éxito. El próximo domingo 13/07 a las 16 hs de Argentina, Se disputará en el MetLife Stadium de Nueva Jersey, con capacidad para 82.500 espectadores y el lugar donde se disputará la próxima final del Mundial 2026. La venta de entradas ya es récord, y se espera una audiencia televisiva de cientos de millones alrededor del mundo.

Lo que está en juego

Más allá del prestigio, el incentivo económico es fuerte: el campeón se llevará hasta 40 millones de dólares, más lo acumulado en fases previas. Se estima que tanto PSG como Chelsea ya superaron los 60 millones de ingresos en este torneo, cifra que impacta directamente en sus balances financieros y futuras inversiones.

Pero para jugadores y cuerpo técnico, el verdadero premio es el título. Levantar la copa en una edición histórica del Mundial de Clubes no solo significará quedar en los libros, sino también enviar un mensaje al mundo del fútbol: estos equipos están preparados para dominar la próxima era.